Dos años después... y Amnesia: The Dark Descent sigue arrasando

En el blog oficial de Frictional Games se hacían eco esta misma semana del tremebundo éxito de Amnesia: The Dark Descent, la todavía sorprendente joya con la que los creadores de Penumbra han hecho tambalear los cimientos de los juegos de terror. Tras unos comienzos ciertamente dubitativos, el juego vende a día de hoy más de diez mil unidades al mes, una cifra a todas luces asombrosa que ha servido para que sus responsables recuperen unas diez veces el valor de lo que valió desarrollarlo. En total se estima sobre un millón de ejemplares vendidos, que con holgura compensan los 360.000 dólares que costó su producción.

 

 

Lo curioso es que este impresionante ritmo se ha ido alcanzado poco a poco, a un ritmo progresivo desde aquel 8 de septiembre de 2010 en el que viera la luz a través de la plataforma Steam. Dos años que desafían toda la lógica de las compañías mainstream, cuyo significativo ratio de ventas parece ceñirse únicamente a las dos primeras semanas posteriores al lanzamiento del juego. El boca a boca, la inclusión en atractivos Bundles y, en definitiva, la remarcable calidad del programa han convertido a Amnesia: The Dark Descent en un caramelito que ya quisieran para sí las grandes productoras, amén del de aquellos inversores que en 2009 miraron hacia otro lado cuando Frictional Games buscaba apoyo económico. En palabras de Thomas Grip, co-fundador de la empresa:

 

¡Ahí va eso, inversores con los que hablamos en el 2009!"

 

Cabe resaltar que la saga Penumbra (compuesta por Overture, Black Plague y Requiem) vende a día de hoy unas novecientas copias mensuales, manteniendo un ritmo de ventas similar al que tenía hace tres años. En gran medida, todo se debe a la gran comunidad de fans que ha reunido Frictional Games en torno a su producción, especialmente alrededor de Amnesia: The Dark Descent. Todo esto ha conseguido que la compañía sueca se pueda permitir correr algunos riesgos antaño imposibles por falta de viabilidad económica, como el hecho de financiar a thechineseroom para la realización de A Machine for Pigs, ejerciendo por vez primera como productora de cara a terceros. Y como no, con buena parte de los usuarios de Mac, Linux y Windows esperándolo como agua de mayo, a la par que se muerden las uñas a la espera de que ellos mismos muestren algo del proyecto que actualmente tienen entre manos.

 

 

Cabe resaltar que todos estos éxitos que hoy celebra Frictional estuvieron a punto de no ocurrir por culpa de la piratería. En su momento, la pequeña empresa sobrevivía a duras penas con la serie Penumbra, pero se había puesto toda la carne en el asador apostando fuerte por lo que era el desarrollo de Amnesia. Como hemos dicho, se trataba de una producción que costó 360.000 dólares, capital que se soportó en base a los beneficios de sus anteriores trabajos y a la significativa ayuda del Nordic Game Program después de que un famoso publisher los dejara tirados en última instancia. Pero, cuando el juego se finalizó -con medio mundo esperándolo después del trailer que soltaron en youtube-, una de las copias cedidas a la prensa especializada se filtró a través de los canales piratas en una maniobra no exenta de malicia. 

 

 

Amnesia: The Dark Descent estaba en la mayoría de las webs piratas para descargarse días antes de su puesta a la venta, y esto generó un trauma importante en el ánimo de Frictional Games, que a duras penas podía concebir su continuidad como empresa después del fatídico suceso. A pesar de que fueron muchas las copias ilegales descargadas, no fueron pocos los que, aún con el juego pirata en sus manos, invirtieron en su código original de Amnesia, apoyando con justicia a sus desarrolladores. Por su parte, el boca a boca se encargó de elevar la vitola de magnificencia del título a insospechadas cotas de popularidad. Internet se llenó de vídeos de gameplays con gente petrificada de terror, la comunidad se volcó realizando mods (se contabilizan cerca de doscientos) y, como se suele decir, el resto es historia.

 

De pensar que se acababa todo a vender un Amnesia cada cinco minutos… ¡esto sí que es una historia con un final feliz!

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