Donkey Kong muestra a la Nintendo del jugador hardcore
Donkey Kong es un personaje emblemático dentro del universo nintendero. En un primer lugar como el causante de los dolores de cabeza de Mario y posteriormente como protagonista de su propia saga. Y echando a un vistazo a esta última entrega que nos presentó Miyamoto durante el E3 nos damos cuenta de que, aún siendo el mismo concepto, el juego representa el recorrido de la compañía por el camino del HD.
Si bien es cierto que en el pasado fueron objeto de burlas por sus declaraciones sobre el arduo trabajo de llevar sus juegos a la alta definición, uno mira de frente a Donkey Kong Country: Tropical Freeze y se pierde en la espesura del pelaje del gorila. Sí, todos hemos visto como Nintendo nos ha tratado de alegrar la vista con colores y entornos sin demasiada potencia gráfica, haciéndonos asociar la marca con pura diversión lejos de altos avances técnicos. Quitaos la idea de la cabeza. Puede que muchos jugadores relacionen a la compañía nipona con la idea de juegos familiares y simpáticos pero no cabe duda de que no solo hay un plan para romper con esa etiqueta sino que están demostrando grandes capacidades para lograrlo.
Ya no solo vemos un Donkey Kong en HD, donde podemos apreciar el pelaje de Donkey Kong siguiendo los movimientos que realizamos, sino que Wii U ha conseguido con este título algo a lo que los jugadores le prestamos mucha atención y que las compañías lo tienen como estándar a alcanzar, los 60 fps. Muchos dudamos en su momento de las capacidades de la consola, pero Nintendo está dejándonos ver que aún tiene mucho que decir y que su consola de sobremesa tiene mucho por ofrecer. Cierto que no perdemos esa ambientación llena de color y que mantenemos el carácter de siempre, pero avanza en la competición gráfica del resto de compañías.
¿Qué es lo que buscábamos en los juegos de Wii U? Nintendo siempre ha tenido su público, el cuál no juzgaba con demasiada severidad, que formaba parte de un grupo capaz de buscar algo diferente en sus títulos. Ahora muchos podríamos tragarnos nuestras palabras acerca de las limitaciones de la plataforma. Nintendo amplía su abanico de destinatarios mostrando a los jugadores hardcore que tienen un hueco reservado para mezclar la diversión que les caracteriza con un nuevo nivel de calidad.
De todos modos, al probarlo el otro día, pudimos sentirlo en nuestras carnes. Ver cómo esos 60 fps y en alta definición nos acompañaban por el escenario, lo apropiado para la fluidez que exige el juego, y transmitían una ligereza que casi parecía un baile de movimiento entre el escenario, los enemigos y las texturas. Nintendo se está asegurando un lugar alto en entregarnos un buen trabajo y con gran calidad, asegura sus pasos aunque le cueste tardar más en poder sacar sus juegos. En el anterior Donkey Kong Country conseguimos ver esos 60 fps en Wii (no así en la versión de 3DS), en esta generación vienen acompañados por un HD que marca la diferencia con un Nintendo del pasado.
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