Dissidia Final Fantasy cada vez pinta mejor
La idea de Dissidia Final Fantasy siempre me atrajo. El concepto de “unamos a todos los personajes protagonistas (y villanos) de nuestra saga en un solo juego” me pareció fascinante, sobre todo teniendo en cuenta lo queridos que son la mayoría de ellos. Conjunto que, inexplicablemente, incluye a Cloud. Pero, bueno, no me voy a meter en vuestros gustos personales, ¿eh? (Aclaro, es broma, no me lancéis cuchillos tan pronto).
Cuando lo jugué por primera vez, me encantó. Sí, era un juego de pelea, un Tekken bonito, pero con una historia también bonita detrás. Puede que no fuera el argumento más original del universo, pero recrear de esa forma la batalla entre el Bien y el Mal es algo que sólo lo consigue Square Enix. Que luego lo compliquemos más todavía con una precuela le da mayor valor, si cabe. Dissidia 012 fue una obra maestra dentro del género... o todo lo obra maestra que puede ser un juego que tampoco necesita mucho para ser entretenido. Quizás no me gustó demasiado que se le diese tanta importancia al personaje menos carismático de la franquicia, pero con poder jugar como Laguna tuve suficiente.
Y hoy, Día Mundial de los Videojuegos, a mí me toca hablar de una arcade. Bueno, me toca, lo he elegido yo, que para eso soy la que manda aquí. Sí, sí, la reina en la sombra, vamos. Yo me lo creo. Así que vamos a comentar lo que hemos visto hasta ahora del juego de Dissidia Final Fantasy Arcade, que debería salir para PlayStation 4 a finales de este año (osea, YA) o a principios de 2017. Versión que sigue sin haberse confirmado, pero soñar es gratis.
Hasta ahora, las principales diferencias entre este juego y sus predecesores, se basan en un sistema de combate, que, supuestamente, está hecho desde cero. Aparecen los combates de tres contra tres (no tres jugadores, sino un mismo jugador controlando a todo el equipo de manera alternativa. Es decir, que mientras no manejas a uno, lo maneja el ordenador). Por otra parte, se puede jugar con el mismo personaje dos veces en el equipo – cosa que no me gusta lo más mínimo – y, sí, los combates individuales siguen estando disponibles.
Uno de los aspectos que más me gustan es la división de los personajes controlables, según sus habilidades, en cuatro grupos: Heavy (poder, como Cloud), Speed (agilidad, como Squall), Shoot (los magos como Terra) y los Unique, que no pertenecen a ninguna de estas categorías, como el Caballero Cebolla. Especializar de esta manera a los distintos héroes (y villanos) ayuda a los jugadores más novatos a conocer sus puntos fuertes. En los juegos anteriores sabías qué hacía cada personaje y su estilo, y, hala, a luchar. Eso sí, conserva la diferenciación de los ataques en BRA y PV. Cosa que es de agradecer.
Pero vamos a lo que vamos: las últimas novedades. Destacar la incorporación de Ace, personaje de Final Fantasy Type-0, al plantel principal, compuesto por trece personajes de las anteriores ediciones y por otros dos “recién llegados”: Y'shtola y Ramza Beoulve. Además, hace unos días nos presentaron también a Materia y Spiritus, dos deidades que harán el papel de Cosmos y Caos. Aunque el aspecto de Materia me ha gustado mucho (si bien tiene esa carita dulce que, bueno, es el patrón que siempre sigue Square Enix), debo decir que Spiritus parece un Jecht algo chetado. Y eso no me gusta, porque igual significa que el papá de Tidus no estará en este juego... Lo cual también implica que me acabarán deteniendo por poner una bomba en la sede de la compañía.
En general, el nuevo Dissidia supone una gran mejoría. En varios sentidos. El principal, no por ser más importante, sino por ser lo primero que se ve, es el estético. A nivel gráfico, ha mejorado bastante, y eso lo hace muy deseable en consola. El sistema de combate es otro gran atractivo, haciéndose más complejo e interesante. Ahora sólo falta ir tachando los días del calendario hasta que Square Enix decida que esto mola más allá de como Arcade.
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