Dishonored 2, experimentos en pequeña escala
En mi opinión hay dos maneras fundamentales de entender la interacción en un mundo de juego que le da al jugador libertad para moverse por él. Por un lado tenemos a GTAV y todos sus hijos, estos nos permiten trabajar con la gran escala, con los coches, con las ciudades y con las calles; sin embargo, sus protagonistas no son capaces de ver a través de cada ventana de cada edificio, tampoco abrir las puertas de todos los portales.
Por otro lado tenemos, sí, a Shenmue, con un enfermizo deseo de poder interactuar con la pequeña escala, con el individuo, con los cajones, con los gatos… Son dos maneras muy diferenciadas de entender la libertar en un mundo grande. Lo hablábamos en el podcast, pero por controlar esta segunda escala es por lo que me gusta y tengo tantas ganas de Dishonored 2.
Ya con su título original, Arkane se apoya en el sigilo para llevar al jugador a explorar y disfrutar de un entorno en el que tiene que interactuar más tarde, cuando lo conoce. Pero Corvo no es Ryo Hazuki, la manera de involucrarse del guerrero de las sombras con la pequeña escala es con su sistema de poderes; tan plástico, creativo y que crece en esta segunda entrega. Ryo es un investigador amén de un maestro de artes marciales. Sus mecánicas de interacción con el mundo de juego van relacionadas con su deber, y por eso habla, abre elementos del escenario y participa de ellos. Pero Corvo y Emily no son eso, son asesinos, son batalladores sigilosos y a través de esa premisa es como se relacionan con la pequeña escala: asesinando a placer.
Dishonored 2 promete dos cosas que amplían este concepto de la primera parte: la verticalidad y el uso de distintas dimensiones que complementan un mismo espacio. El propio punto de acción gana en profundidad, lo que hace que sea aún más interesante llegar a él a través los nuevos poderes de los protagonistas. Jugar con la fantasía, y con el trabajo que nos consta que ha realizado Arkane, permite interactuar con esa pequeña escala de una manera más imaginativa. Shenmue deja muy claras sus reglas de juego y sus límites, sabemos lo que podemos hacer a través de la intuición y el uso de nuestras mecánicas. Dishonored 2 plantea sus poderes para que esas reglas de juego nunca estén claras, haciendo que sea divertido ya no solo actuar a un nivel profundo en ella, sino también saber hasta qué punto podemos hacerlo, cuáles son las barreras y saber si podemos romperlas o no. Falta poco, solo 3 días para ver hasta qué punto se ha ampliado el concepto del original en este aspecto.
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