Die Young, terror bajo el sol del Mediterráneo
Die Young es una interesante propuesta que combina terror y tensión en un soleado espacio abierto, crafteo, sigilo e indefensión con plataformas, pequeños puzles y retazos y guiños de aventura gráfica o textual. La mezcla funciona bien porque parte de buenos referentes. En lo jugable es como un Far Cry 3 en el que se rebaja la acción para introducir dosis de supervivencia y exploración, una decisión que es acertada.
Nuestra protagonista tiene que sobrevivir y descubrir qué ha ocurrido con sus amigos y con la isla a la que ha ido a parar y en la que la han enterrado viva. Para poder lograrlo tendrá que vérselas contra seres que no puede derrotar e ir descubriendo la historia que el juego oculta.
Es en la manera en la que Die Young le cuenta al jugador lo que ocurre, y en la manera que tiene de interpretar el mundo de juego nuestra protagonista, en dónde la desarrolladora muestra su músculo. Es fácil sentirse como el personaje jugable gracias a cómo recoge ciertos elementos del entorno y los describe en función de sus propias interpretaciones, también porque hace lo propio con recetas de crafteo, recordando a cómo lo hacía Silent Hill 2. Cada pizca de información que recibimos se absorbe con mucho interés porque la heroína no para de recibir estímulos negativos por parte de su entorno.
Pero Die Young no acaba de acertar al cien por cien con su construcción narrativa. Esto que he mencionado arriba no lo hace en todas las ocasiones en las que podría. El juego le concede demasiado protagonismo a las notas para que sea en ellas en las que leemos la historia. Hacerlo no es algo negativo por sí mismo, pero en muchas de ellas hay una redacción demasiado perfecta y estructurada para lo que se le supone a la situación. Un superviviente no se preocupa en dejar un aviso con puntuación perfecta a otro.
Ese es el gran ‘pero’ de Die Young. El juego funciona en su ambientación, en su combinación de tensión, gore y sigilo bajo la luz del sol pero cuenta con unos textos demasiado afectados que hacen que su narración cojee. Tampoco tiene claro si quiere contarnos su historia y facilitarnos nuestro avance con mensajes externos al juego o internos. Afinar esto, ajustar mejor sus mecánicas de salto y su combate lo harían un gran juego, pero sin duda sigue siendo uno de esos títulos independientes que derrochan calidad y que os animo a jugar cuando tengáis oportunidad.
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