Deus Ex Mankind Divided difunde el mensaje mejor que Watch Dogs
El otro día hablaba de Deus Ex: Mankind Divided y comentaba, además de sus muchos puntos fuertes, que su trama tenía ese puntito que a la larga se me hace un poquito infantil de querer mostrar algo muy serio y muy chungo con unos personajes que, tal vez, no transmiten tan bien como deberían. Tras mucho jugar y mucho hackear, debo decir que en ese punto me equivoqué: tras una serie de sucesos que vivimos al margen de la historia principal, el último capítulo de la saga Deus Ex difunde mucho mejor el mensaje la peligrosa situación actual y de las guerras de la información de lo que lo hizo en su momento el futil intento de Ubisoft con el primer Watch Dogs.
El peligro de la red y la información
La saga Deus Ex lleva bebiendo de las teorías conspiracionistas desde sus inicios en pleno 2000 con un Warren Spector que no le hizo ascos a incluir en su juego elementos como la red de espionaje ECHELON, los Hombres de Negro, los Illuminati, el Área 51 y la información secuestrada en manos de los poderosos por el grupo Bildberg, dando como resultado una saga que, en ocasiones, consigue que la idea de ponernos un gorro de papel albal y escondernos bajo la cama no parezca tan disparatada.
Corporativismo, intereses empresariales, deep web... Deus Ex va profundizando poco a poco en las leyendas urbanas, las noticias a media y la conspiranoia de toda una sociedad en constante evolución tecnológica en la que el usuario medio tiene acceso limitado al funcionamiento de la misma para mandar un mensaje contundente acerca del riesgo de las redes, el valor de la información, la situación de indefensión del individuo frente a la sociedad actual y la omnipotencia de los todopoderosos intereses que manejan toda esta situación.
No hay más que ver cómo hace unos días la Policía Nacional advertía de la turbia estrategia de Whatsapp a la hora de interconectar nuestros datos con los de Facebook mediante una actualización que vulnera la normativa al respecto y el protocolo de activación para entender que la realidad no está tan lejos de la ficción, y si no recordemos que ambas empresas pertenecen a Zuckerberg, dueño también de Oculus VR y de toda una lista de empresas con intereses directos en el reconocimiento facial y la geolocalización.
Deus Ex manda el mensaje
Comienzas a jugarlo como el juego que es, cumpliendo las misiones, tomándotelo todo un poco a coña con esa apreciación personal de un leve tono casi infantil de conspiranoia que, sin embargo, poco a poco va oscureciéndose, madurando, según profundizamos en su historia y vamos invadiendo la intimidad de sus ciudadanos en busca de una nueva sub-trama.
Hay un momento en concreto en el que este vagar libres examinando y explorando el entorno nos lleva a una sub-trama de la que nuestro personaje, Adam Jensen, es el protagonista directo. Un almacén nos muestra un mapa que sigue nuestros movimientos y fotos tomadas en algunos de los encuentros con nuestros contactos, lo que desvela nuestra tapadera en el GO29.
El siguiente paso es un apartamento en el que un cadáver esconde un extenso expediente con nuestro hitorial médico. Es entonces cuando la paranoia comienza: terminamos una misión de infiltración y vemos a un civil fumando un cigarrillo en una esquina, con aspecto inocente ¿Será el uno de los tipos que nos espían? Una taquilla oculta una agenda en la que nos mencionan, un policía de aspecto perdido aparece varias veces en las cercanías de nuestro apartamento, y las conversaciones del GO29 en la SRN nos mencionan con demasiada asiduidad...
Y así es como Deus Ex Mankind Divided aprueba con buena nota la asignatura que a Watch Dogs le quedó pendiente para verano y le hizo repetir. Una asinatura que aprueba con sutileza, mdiante las pistas no forzadas, dejando que seamos nosotros los que comprendamos el mensaje y lo interioricemos como mejor queramos. Al fin y al cabo, como repiten a forma de guiño varias veces en el juego, la verdad siempre ha estado ahí fuera.
¡Nos leemos!
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