Detroit: Become Human aprende algunas cosas de Until Dawn
Desde ayer 24 de abril tenéis disponible la demo gratuita de Detroit: Become Human, accesible a todos los usuarios de PS4 sin necesidad de estar suscrito a Playstation Plus. Una pequeña misión a modo de degustación en la que podréis meteros en la piel sintética de Connor, androide especializado en investigación policial, para evitar que un androide enloquecido acabe con la vida de una niña pequeña tras haber asesinado a tiros a su padre. La demo nos sitúa en plena acción, con el padre ya muerto, el androide divergente al borde del colapso con la niña en brazos y los SWAT a punto de entrar a matar. ¿Nuestro papel? Examinar la escena del crimen para sacar todas las conclusiones posibles que nos ayuden a convencer al androide criminal para que suelte a la rehén y podamos salvar a la niña.
Lo que nos propone una vez más el estudio de obras como Farenheit, o Heavy Rain es un planteamiento crudo, sin decisiones correctas al 100%, en el que David Cage vuelve a hacer lo que mejor sabe hacer con un juego que es puro Quantic Dreams en movimiento. A su lado, encontramos nuevos elementos, mejoras y algunas lecciones aprendidas que demuestran que los maestros han sido capaces de aprender de otros estudios como Supermassive Games y su exitoso Until Dawn.
Siguiendo las propias pautas
Soy fan declarado de Quantic Dreams y David Cage desde sus orígenes con el espectacular Omikron: The Nomad Soul, por lo que a nivel personal no deja de ser una alegría volver a un juego de Cage que mantiene, a pesar de lo que puedan protestar ciertos sectores del público, toda la magia de las producciones del estudio. Sin profundizar demasiado, que ya lo haré en un texto futuro con el juego en las manos, los pilares del concepto de videojuego de Quantic Dreams están presentes en esta pequeña demo de Detroit Become Human.
La presencia policial en los primeros compases, un protagonista investigador, la promesa del género Pulp en forma de historias que acaban cruzándose y temas eternos del estudio como la protección de la infancia o la naturaleza del alma humana más allá de la propia humanidad. Todo esto se extienden a todos los rincones de esta demo de Detroit: Become Human junto a una jugabilidad que no duda en hacerse guiños a sí misma con los andares rígidos y robóticos de un Connor que recuerda a los movimientos ya anticuados de un Ethan Mars para luego realizar un giro sobre sí mismo y adoptar una postura más natural que hace que olvidemos un pasado más apurado por problemas de la tecnología. Ahí tenemos la investigación, la búsqueda de pistas y la toma de decisiones clásicas de un estudio que ha hecho de todos estos elementos su razón de existir y su sello personal.
Pero hay más
Junto a todas las herramientas ya conocidas de David Cage, Quantic Dreams hace un alarde de perro viejo capaz de aprender trucos nuevos y adopta algunos elementos de Supermassive Studios, tomando la evolución de su efecto mariposa establecido por la gente de Supermassive en Until Dawn y llevándolo a la demo de Detroit: Become Human junto a esa preocupación por las bajas humanas y los daños colaterales.
Detroit: Become Human no oculta su reinterpretación del efecto mariposa de Supermassive, basado a su vez en el estilo de Quantic Dreams. Así aprovecha esta doble retroalimentación tan necesaria en el mundo del videojuego en la que los maestros se convierten en discípulos de los maestros a los que enseñaron para mostrar desde el principio de la demo las posibilidades del juego con un sistema de dificultad que nos permite pasar casi sin riesgos o enfrentarnos a la experiencia dura típica de Cage en la que es fácil perder a personas en el camino.
Por si esto fuera poco, Cage opta por recuperar un elemento de Beyond Two Souls: la tabla estadística, y reconfigurarla según Until Dawn para mostrar todos los elementos encontrados, investigaciones realizadas y decisiones tomadas al final de la misión para que podamos volver a repetir aquello que se nos haya quedado cojo o nos hayamos dejado por el camino. ¿El resultado? Una demo que, por un lado, muestra la potencia que puede llegar a contener Detroit: Become Human a todos los niveles una vez llegue a las tiendas. Por otro, demuestra que David Cage y su equipo están dispuestos a aprender y mejorar en pro de seguir ofreciendo lo que mejor saben hacer.
Queda aún tiempo para poder tener al fin en nuestras manos Detroit: Become Human, pero por ahora, la cosa promete. Su ambientación, el terrible mundo en el que se tratan temas como el transhumanismo, la naturaleza del alma humana, la explotación y la esclavitud, parece dispuesto a completarse con nuevas rutinas y mecánicas sin olvidar todo lo bueno de lo que es capaz Quantic Dreams. Eso, junto al desasosiego que el autor logra transimir con sus obras sin necesidad de recurir al terror tradicional, son maravillosas noticias.
¡Nos leemos!
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