Destiny 2 y los análisis en progreso. ¿Siguen teniendo sentido?
Cuando Splatoon salió para Wii U, lo hizo anunciando que sería más grande tras el año de soporte que Nintendo le dedicaría, y así fue. Si lo recordáis, en nuestro análisis del eterno compañero Víctor Junquera terminamos con un canto al futuro que más tarde se tradujo en un necesario texto a modo de actualización, porque los pulpos de Nintendo no eran los mismos que en su estreno. Es una sensación que experimenté en mis carnes al hacer lo propio con la secuela para Switch y, aunque esta vez el estreno es mucho más sólido, volvemos a encontrarnos con un ente cambiante que mira hacia el horizonte. Lo mismo ocurre con títulos como Overwatch, Battlefield 1 o, especialmente, Destiny y su reluciente secuela.
La filosofía de los ‘games as a service’ (GAAS), un modelo de negocio cada vez más común entre nosotros que entiende cada lanzamiento como algo que debe atrapar a la audiencia y mantenerla tanto como se pueda, tiene a Bungie como a uno de sus principales exponentes. Los que estéis jugando a Destiny 2 sabéis que es un buen juego por lo que tenéis, pero también por el convencimiento de que es algo que crecerá durante los próximos meses y años; esto sitúa en un brete al profesional que tenga que escribir un análisis.
El motivo es evidente: su opinión es caduca, volátil. Cuando el juego reciba las grandes actualizaciones, los DLC, los equilibrios y las incursiones, cualquier análisis que leáis de setiembre de 2017 tendrá un valor relativo, por no llamarlo irreal. No estaréis disfrutando de una opinión que se corresponda con el producto que tenéis delante, que puede ser mejor o peor de lo que podríamos escribir durante este mes. Hay varias maneras de afrontar esta situación, algunas más acertadas que otras.
Hay compañeros de profesión que apuestan por las ‘daily review’, algo similar a un cuaderno de bitácora en el que se va plasmando la opinión que el juego va causando a medida que avanzas. Con estas publicaciones se da una opinión fragmentada del conjunto y, aunque se entiende mejor la magnitud de todo lo que puede ser Destiny 2, pierden utilidad pasados unos días. Algo más cocinado son los análisis en progreso, reseñas que suelen resumir diez horas o más de experiencia y que sirven para tener una opinión más reposada, aunque sujeta a cambios si las cosas se tuercen. La última opción es publicar una opinión o análisis en cuanto se es bien consciente de todo lo que se tiene delante y de lo que seguramente tendremos a medio plazo; eso haremos aquí y, como comprenderéis, es la crítica que más tarda en salir a la luz. Lo bueno se hace esperar.
La que sigo considerando como la mejor opción no se libra de tener defectos, porque pasado un lapso generoso de tiempo (un año o más) tendremos que volver a ella para añadir un anexo, un análisis 2.0 que utilice todo lo que el juego fue en su lanzamiento y todo lo que será cuando haya cambiado de forma. Por otro lado y por suerte, es una valoración que no bebe del ansia por ser el primero en dictar sentencia y suele ser mucho más justa. ¿Con qué opción os quedáis?
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