Destiny 2 se ha convertido en Destiny 1

Prosigo mis andanzas por Destiny 2: Los Renegados con una sonrisa en la boca. Y debo decir que se trata de un gesto cada vez más pronunciado, pues cuanto más profundizo en esta nueva expansión y en la enorme cantidad de cambios que Bungie ha implementado, más me doy cuenta de lo mucho que necesitaba el título todo esto. De hecho, he sentido una extraña sensación de déjà vu en estas nuevas horas junto al título: Destiny 2 está siendo capaz de hacerme rememorar los mejores momentos junto al primer Destiny. 

 

Por eso mismo casi puedo afirmar rotundamente que Destiny 2 se ha convertido en Destiny 1. 

 

Se nota cómo Bungie ha querido escuchar todas las súplicas de los jugadores más habituales, aquellos que dedican muchas horas semanales al juego y que son, en definitiva, los que han ido abandonando una experiencia que desde el inicio se sentía mucho más casualizada que el título original. No vamos a engañar a nadie si os digo que Destiny 2 nacía para tratar de convencer a todo ese público menos hardcore que no pudo o quiso engancharse a la propuesta que planteaba el primer Destiny en sus últimos meses de vida. Ahora, sin embargo, todo parece haber cambiado: son los jugadores hardcore los que más a gusto se van a sentir en este nuevo ecosistema, en un título mucho más exigente a todos los niveles que lo que estábamos viendo hasta ahora. 

 

Por fin se han incorporado las perks aleatorias en las armas y equipamiento, lo que quiere decir que merece la pena tratar de conseguir nuevas recompensas pues puede que algunas de ellas nos favorezcan más que otras o nos sirvan para construir diversas builds. Esa era en parte gran parte de la esencia del primer Destiny: dedicar horas y horas a tratar de conseguir las perks que más nos gustaban en el arma o pieza de equipamiento que preferíamos. 

 

También cuesta mucho más subir de nivel, e infundir las armas para conseguir poder ahora requiere tener en el inventario varios componentes especiales. Es decir, si queremos subir de nivel a un arma en concreto con otra más poderosa que hayamos conseguido, lo más seguro es que nos toque hacer una visita a algún planeta para recolectar algunos materiales que nos permitan realizar la acción. Aquí quizás se han pasado un poco de exigentes y no dudo en que Bungie pueda modificar estos ajustes próximamente, pero lo cierto es que al menos aporta sentido a explorar el mundo, realizar actividades y ganar recursos en diferentes destinos.

 

 

Los engramas exóticos, los amarillos que son los más poderosos, también han sido modificados de una forma tremenda. Lejos quedan aquellas primeras semanas con Destiny 2 en las que ganábamos engramas amarillos cada dos por tres, ahora esto cuesta una barbaridad. De hecho, yo todavía no he obtenido ninguno y he comprobado cómo jugadores que ya habían dedicado decenas de horas a esta nueva expansión no habían conseguido más de uno o dos, y en ocasiones ninguno. Es decir, ahora obtener la mejor recompensa posible del juego sí es motivo de celebración, pues su rara aparición hace que también merezca la pena seguir intentándolo. 

 

Aventuras como la que nos permite conseguir el As de Picas son absolutamente soberbias, y mientras la completaba ayer asentía con la cabeza: "así se hacen las cosas, Bungie". Poder conseguir una de las mejores armas del juego en una aventura que requiere que realices varias actividades en diferentes modos de juego y que termina con una interesante misión que aporta muchísima cantidad de lore a una figura como Cayde-6. Así sí merece la pena dedicar horas al juego. 

 

 

Todavía hay algunos elementos que Bungie debe ajustar, y ya se han descubierto varios errores de programación que, por ejemplo, no están garantizando la obtención de recompensas poderosas al completar algunas tareas diarias y semanales. Pero el estudio ya está trabajando en ello y en el futuro quedará como una simple anécdota. Lo importante es que Destiny 2 ha cambiado, muchísimo, y lo ha hecho para transformarse en una experiencia que ahora sí se parece a la que ofrecía el primer Destiny. Ese título que en sus últimos años de vida consiguió convencer a una comunidad entregada que no dudó en destinar cientos y miles de horas en su propuesta. 

 

Sí, ahora Destiny 2 se parece mucho más a todo lo que sus jugadores más acérrimos pedían.

<< Anterior Siguiente >>