¿Demasiado viejo para el videojuego? Títulos que te devuelven la esperanza

Ah, la edad no perdona. Un día tienes cinco años y ves que los Reyes te han traído el Spectrum 48K+ y al día siguiente tienes 36 y los reyes te han traído el Disney Infinity para tu hija y una tos mañanera que te hace plantearte seriamente todo ese rollo de dejar de fumar de una vez. 

 

Los años no pasan en vano, y por mucho que intentes aferrarte a tu afición, hay periodos de tu vida en los que los videojuegos parecen perder todo su encanto, toda su magia, y te limitas a 'hacerte' los títulos que no llegan a llenarte como sucedía antaño. 

 

 

Crisis de jugabilidad

Todos los que pintamos canas e incluso los que lleven en la afición menos de una década habréis pasado por una de estas crisis: Te terminaste el juego perfecto, tuviste que decirle adios tras completar ese 100% que al desembalarlo te supo a utópico, y de pronto notas que el espíritu te ha cambiado y que ahora no te apetece jugar tanto como antes. 

 

Algunos prefieren mentirse. ¿Cuántas veces habéis leído en las páginas de videojuegos que la industria estaba cambiando y ya no se hacen juegos que ilusionen tanto como antes?  Yo lo leí por primera vez en una Micro Hobby de 1987, así que ya podéis haceros una idea de los vieja que es esa canción. Otros, sin embargo, preferimos ser sinceros: La primera crisis piensas que te has hecho mayor para los jueguitos, lo que no deja de ser una idiotez.Cuando ya vas por la quinta, aprendes a reconocer los síntomas. "Ya me ha vuelto a dar la pájara videojueguil otra vez". Y no pasa nada porque sabes que pasará. 

 

 

Las crisis no son malas per se

Cualquier afición tiene estos momentos. Desde los videojuegos a la literatura, del cine al deporte, siempre hay momentos, especialmente después de una experiencia excepcionalmente grata, en el que nuestro hobby favorito parece perder lustre y pasa de encantarnos a, simplemente,ayudarnos a pasar el rato. Llegados a ese momento, lo mejor es colgar el mando y dejar descansar la cosa un tiempo. Puede que un día, puede que un mes, porque las ganas, por lo general, siempre vuelven.

 

Como digo,las crisis no son malas, pero pueden resultar problemáticas cuando el que las sufre tiene la suerte de trabajar en un medio como el de la prensa especializada. Es entonces cuando aparece el cinismo exaforado, la maldad en el análisis y la obsesión por buscarle los tres pies al gato. Algo que, a la larga, es tan peligroso como el efecto contrario, cuando el amor por el medio hace que lo veas todo 'supermaravillosamentechachi' y endilgues subproductos como quien vende churros.   

 

 

Títulos que devuelven la esperanza. 

En mi caso personal, reconozco que llevo de subidón videojueguil desde la llegada de la nueva generación. Y sí, ya sé que al principio las cosas fueron flojitas, y sí, también sé que aún queda mucho por crecer, pero ¿qué queréis que os diga? A mi el salto gráfico me ha gustado. Soy de los que disfrutan yéndose al campo a pasear para ver verde y flores, y cuando puedo hacer lo mismo en un videojuego con unos gráficos de la talla de GTA o Dying Light, lo disfruto. 

 

Llevo más de un año de subidón, ya os digo, y sin embargo este finde he tenido un pequeño bajoncete al llegar a la misión final de Dying Light. Ya me he hecho los retos y las secundarias, me conozco Harrand mejor que Cádiz, y soy capaz de caminar tranquilamente a katanazos entre los caminantes hasta de noche sin que me suponga un problema. He llegado almomento en el que sólo me queda esa última misión para despedirme del juego, y me ha dado pena y lo he apagado sin más. 

Porque

no quiero

terminarlo...

Aún.

 

 

Vuelvo a sentir que va a darme la pájara en cuanto vea los créditos del final de Dying Light, y he preferido meterlo en la nevera porque el miércoles llegan los gratuitos del Plus con muchas cosas buenas, y en dos semanas, en dos semanas nada más, tendré a Geralt haciendo cola en mi disco duro para alegrarme la existencia. 

 

Hay formas de evitar estas crisis,

y la mejor manera es bloquearlas antes de que te de el 'tabardillo'. No pienso desencantarme teniendo a la vuelta de la esquina algo tan gordo como Witcher 3, así que,mejor, esperaré a terminarme el juego cuando ya tenga el envío de Amazon en casa. Mientras, seguiré haciendo parkour por el mero placer delmovimiento libre y cortando las cabezas de los caminantes por aquello del qué diran. A mí me sirve.

¿Y a ti? 

 

¡Nos leemos!

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