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[DEBATE] Experiencias negativas en el videojuego

¿Las borrarías o son parte de la industria?
Por Toni Piedrabuena

El podcast de la presente semana ya está a vuestra disposición. Uno de los temas más calientes de la noche resultó ser el debate expuesto por Alex aprovechando la actualidad de Aliens Colonial Marines y las palabras de Warren Spector en las que argumentaba que, a pesar de ser experiencias malas, no existía ningún motivo por el que algún jugador o miembro de la industria pudiese señalar con el dedo y decir que esa experiencia jamás debería haber existido, ya que, en cierta medida, esos juegos malos o negativos acaban siendo importantes para el crecimiento del jugador y parte de la historia del propio ocio.

 

Me parecía una opinión un tanto osada, y más conociendo ejemplos a lo largo de la historia que si no hubiesen existido, seguramente no habrían generado esos graves problemas a la industria. Me fui lejos, me fui a la crisis americana del videojuego de 1983 y hablé de E.T. y Pac-Man, pero podría haberme quedado en clave presente: que le pregunten a los de THQ si borrarían de sus vidas el uDraw; o lo que haría Romero si tuviese la posibilidad de cargarse el Daikatana; ejemplo español, que hablen con Gaelco y del Eto'o blanco de PC Fútbol 2005; que le cuenten a 3D Realms cuando comenzó el desarrollo de Duke Nukem Forever cómo continuaría la historia...

 

Una experiencia religiosa que jamás debería haber existido

 

La historia del videojuego está plagada de ejemplos que podrían confirmarnos que respondían a burdas estrategias comerciales por las que sacar beneficio, jamás para hacer un homenaje al propio entretenimiento. No es una circunstancia exclusiva de nuestra industria: lo hemos visto en el cine, la de las tapitas y las cañas ha copiado libros sin pudor alguno y mejor no hablemos de sobres o duques, ya que caraduras encontraríamos en todas partes con poder y responsabilidades infinitamente mayores a mover bytes por una pantalla.

 

No obstante, ¿tenían derecho a existir esos juegos? ¿Tenían derecho a existir máquinas como Gizmondo? ¿Qué cara se le quedó al usuario con su compra? Pero sí, entiendo que hemos escrito de ellas y hemos aprovechado y aprendido de su mera experiencia, pero no sé hasta qué punto ha valido la pena saber de la historia de THQ conociendo el final. Es un ejercicio que resulta ser más filosófico que histórico, y creo que es complicado sacar el mazo y comenzar a hacer veredictos morales sobre productos que pueden ser malos, pero no por ellos dignos de desaparecer.

 

Ahora, ¿existen juegos que jamás deberían haber nacido? A pies juntillas lo creo, desde luego. He creído oportuno rescatar la opinión de algunos amigos del podcast para la ocasión, y nos encantaría que entraseis también al debate con vuestra opinión en los comentarios. Estoy seguro que saldrá algo muy interesante de las exposiciones de los amigos lectores y lectoras de MundoGamers. Comenzamos por nuestros redactores:

 

Alejandro Pascual: Los juegos malos también tienen su razón de ser, y sí deberían de existir. De hecho, hasta no es del todo malo que alguien se compre alguno de ellos, porque así aprende a diferenciar la calidad. Los juegos malos ayudan a desarrollar el ojo clínico; cuando un juego no te gusta tanto se analiza mejor que cuando estás totalmente metido en él.

 

Jaume Esteve: Gastarte 60€ en una chusta infumable forma parte del proceso y de la vida. El día que te sientas estafado por una auténtica bazofia te lo pensarás dos veces antes de comprar a ciegas o antes de fiarte de tal o cual estudio. En definitiva, que pegarse una hostia es necesario. Ya lo decían en Batman Begins: 'Why do we fall, Bruce?'.

 

Spidey: Salvo desastre, creo que tiene que haber de todo en la viña del señor. De hecho, juegos considerados como malísimos por propios y extraños a mí me parecen joyitas tapadas que me han divertido mucho. No hablo de cosas a mi parecer injustamente tratadas a la usanza de Inversion, pero sí de mojones con encanto tipo Rogue Warrior o Eat Lead. Y aún con todo, debo añadir que el E.T. no es tan malo como lo pintan. Muchos de los que hablan en vídeos, artículos y demás de él no le han dedicado a nivel de juego ni medio minuto, y cuando comprendes su mecánica llega a ser más divertido que la media de basura disponible en el catálogo de la vieja Atari.


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