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Death Stranding y los niños que lloran y sirven como arma

Teorías sobre la nueva información
Por Álex Pareja

Death Stranding y un feliz Hideo Kojima fueron lo más destacable (aunque no era muy complicado) de la gala de apertura de la Gamescom 2019 que tuvo lugar anoche. Allí se desvelaron algunos detalles más de lo que va a ser la próxima obra de Kojima Productions, respondiendo muchas preguntas pero generando otras, cómo no. Me quedo, entre otras cosas, con esos niños que lloran pero a su vez parecen servir como armamento


Desde el primer y enigmático tráiler de presentación de Death Stranding quedaba claro que los bebés iban a ser una parte fundamental de la trama y de las mecánicas de juego. Con los dos vídeos protagonizados por los personajes de Mama (Margaret Qualley) y Deadman (Guillermo del Toro) se nos descubren dos facetas importantes y diferentes de estos niños. Por un lado entendemos gracias al personaje de Mama que algunos niños están unidos con su madre por una especie de cordón umbilical etéreo que parece indicar la conexión (palabra y concepto importantísimos en el juego) entre ellos, pero que impide la verdadera relación al encontrarse el niño en “el otro lado”. Tiene pinta de que Sam Bridges (Norman Reedus) será el que se encargue de volver a establecer estas extrañas uniones entre los dos mundos para que la madre y el niño puedan volver a estar unidos de verdad y no de una manera etérea. Lo que nos dice Deadman es algo diametralmente opuesto: que no cojamos cariño a los bebés porque sabemos cuál va a ser su final y que pueden llegar a ser un arma estupenda, resumiendo. Aquí os dejo con los dos vídeos, para que podáis sacar vuestras propias conclusiones. 

 

 

 


Después se nos enseñó un gameplay que tampoco sirvió de mucho a la hora de esclarecer ideas: sí, entiendo que va a tratarse en una buena parte del tiempo de un mundo abierto tranquilo, casi plácido, donde el mayor inconveniente será tratar de averiguar cómo alcanzar los objetivos con nuestras herramientas de escalada, mientras llevamos paquetes y cumplimos misiones secundarias. La historia principal sí que parece girar alrededor de estos bebés y aquí vemos cómo Sam lleva al suyo con sumo cuidado, puesto que una caída o cualquier otro resultado violento puede enfurecer y hacer llorar al niño. En este momento tocará hacer de padres y tranquilizarlo, con un Kojima que aprovecha las funciones del Sixaxis en 2019 para estos menesteres. 

 

 

Con esta información, tal y como decía al inicio, volvemos a situarnos en el punto de partida de Death Stranding: sí, conocemos mucha más información pero todo sigue siendo confuso (bendita confusión, eso sí). Es evidente que todo va a girar alrededor de la unión de los niños con sus madres, de la presencia de dos realidades o mundos (uno el real y otro el que parece estar dominado por criaturas y por Mads Mikkelsen, que también va en busca de los niños porque quiere aprovechar su supuesto poder material y armamentístico) y de las dos maneras de comprender la vida de los pequeños: o bien de una manera paternal, cogiendo y otorgándoles cariño, o bien de una manera material, sirviendo como arma o herramienta para otros propósitos de importancia. Si hay algo que nos ha querido mostrar Hideo Kojima con este reguero de información es esto: la parte humana separada de la parte bélica, un mensaje que a muchos nos suena de sobra y que va a estar presente de forma directa en su próxima obra.


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