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DayZ, el mingleplayer y YouTube

Una alternativa al formato clásico
Por Julián Plaza

Sí, hace ya cosa de unas semanas dije que una de las tendencias de 2013 era que los AAA se estaban acercando cada vez más al cine, pero el mundo es amplio y lleno de misterios, y tras ver un par de títulos por Steam y sumar dos y dos (me siento muy orgulloso de ello), he pensado en algo: hay otra corriente que va por el camino opuesto.

 

Hablo de Day Z, Rust, 7 days to die, Starbound y futuros títulos que se basarán en el mingleplayer (mezcla de un jugador y multijugador) como Watch Dogs o Destiny. Lo importante aquí es dejar que el jugador construya su propia historia (especialmente con los cuatro primeros) e interactúe con otros para crearla. Esta nueva filosofía de poner la jugabilidad delante y, muy especialmente, darle los juguetes al usuario en vez de decirle qué hacer con ellos, además de permitir momentos de puro disfrute orgánico y rechazar algunas de las tendencias más desagradables de los títulos basados en el lenguaje fílmico, me ha hecho pensar algo ¿ha podido tener que ver YouTube con esto?

 

Si me garantizan encontrarme con el tipo de "no, no, no", me compraré el juego

 

No voy a construir el artículo en torno a los youtubers para reclamar su importancia. Esto tiene más que ver con la publicidad y dar al público lo que quiere. YouTube no es sólo una red para compartir vídeos: es un inmenso escaparate. Hace poco vi un vídeo en el que Dunkey jugaba a Rust y parecía realmente divertido; por un momento me planteé comprarlo, pero luego me abofeteé y recordé que no, que no parece ser tan increíble. Pero la historia que exponía Dunkey lo pintaba como algo fascinante, lleno de pequeños momentos irrepetibles y de gente que simplemente quería pasárselo bien. Otro vídeo de Day Z muestra al que ahora es mi psicópata favorito del Universo tocar Living in the Sunlight mientras camina hacia un jugador hacha en mano. Y luego tenemos a mi querido Jim Sterling jugando a 7 days to die y es todo tan absurdo que dan ganas de entrar ahí para pasarlo mal junto a él.

 

Minecraft ya lo demostró hace años: la mejor publicidad es la que no lo es. El juego de Mojang no se hizo famoso porque tuviese campañas millonarias: era un título que ofrecía algo único a los jugadores y les dejaba vivir e interactuar plenamente con su mundo, y ellos lo recibieron creando sus propias historias. No es popular en YouTube porque sí: da libertad para hacer lo que se quiera. Yogscast hace una pequeña historia de dos inútiles sobreviviendo en una isla, UberHaxorNova prende fuego a hombres lobo y les mata literalmente a galletazos y demasiada gente con mucho tiempo libre hace construcciones inimaginables, recreando Kantô, la Enterprise o incluso animaciones pixeladas.

 

Este tipo de títulos destacan porque nos ofrecen lo que durante años nos ha negado el AAA: algo impredecible, algo humano y algo donde nosotros creemos la experiencia y no al revés. Ver a un pobre diablo a punto de ser ejecutado a manos de tres fanáticos que sirven al “señor oscuro” es la publicidad más atractiva que puedo concebir de Day Z: es una locura que está ocurriendo ahora a manos de otros. Si llego más tarde, quizá no esté ahí. El tiempo corre y me estoy perdiendo la diversión. Quiero participar en esa locura. Quiero vivir esas historias. Es desmelenarse y simplemente vivir la vida en formato bit.

 

Y parece que es parte del futuro.


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