Dark Souls Remastered para Switch no me convence
Ha costado más de lo deseado, pero finalmente hemos podido echarle un tiento a Dark Souls Remastered para Switch. La prueba, disponible el pasado fin de semana, era el mismo Network Test que tuvieron PS4 y Xbox One antes del estreno, la que iba a tener la híbrida de Nintendo antes de anunciarse su retraso, y en ella se ha podido campar por una de las secciones iniciales del juego hasta hacer sonar la primera campana. Con gárgolas de por medio.
Este lanzamiento tardío me seguía generando interés, primero porque a efectos prácticos era el primer Dark Souls portátil y, segundo, porque su retraso auguraba problemas de rendimiento que, creo, he podido corroborar estos tres últimos días. A pesar de que en su día dije que el remaster de Dark Souls solo tiene sentido en Switch, también es cierto que será una versión bastante alejada del resto; es de aquellos casos en los que conviene hacer una lista de pros y contras.
A falta de saber cómo serán el resto de zonas (miedo me dan Izalith Perdida, la Ciudad Infestada y toda la zona previa a Seath el Descamado), no parece que los 30 frames de esta versión vayan a ser estables. Tampoco es que lo haya llegado a pasar mal, tal vez por la costumbre de ya tener drops en la versión original, pero sí que me ha dado la sensación de que la tasa de imágenes por segundo era algo bailona cuando se acumulan enemigos y efectos (la parte del jabalí y la hoguera rasca un poco, por ejemplo). Podría ser pasable en un port, pero en un remaster ya es algo que escuece. Aun así, no es la versión final ni es el mayor de sus problemas.
Sino que lo ha sido el juego portátil, que me ha resultado bastante incómodo. Para empezar, la delgadez de los Joy-Con a veces ocasiona que eche en falta una superficie que agarrar completamente. Puede parecer una tontería, pero en juegos de conducción -donde muchos dedos permanecen en tensión constante- y en títulos de exploración en tercera persona -en los que el control manual de la cámara es necesario- es algo primordial. Lo comenté con FAST RMX y lo comento aquí también: jugar en portátil no siempre es ergonómico.
Además, la disposición del stick derecho en Switch está a muy poca distancia del cuadro YXAB, lo que obliga a hacer malabarismos si quieres correr y usar la cámara a la vez. No sé cómo jugáis a Dark Souls, pero para mí es como si me quitasen una pierna. El resultado es que juego peor en Switch, y no me compensa la experiencia portátil cuando esta agrava esa realidad.
¿Cómo merece la pena la compra? Pues si os planteáis jugar desde el dock, donde la estabilidad sí es la norma (parece), si tenéis el mando Pro o si ya habéis jugado a Dark Souls y os interesa mucho la ventaja de llevarlo a cualquier lado. Y, obviamente, si ya pasáis de lo sabido de antemano y prescindís del 4K y los 60 fps que sí tiene el remaster en otros sistemas. Porque hoy por hoy el rendimiento me deja con dudas y el control estándar no me convence. No es un ‘no’ rotundo, aunque sí una compra con más ‘peros’ de los que esperaba.
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