Dakar 18. Cuando la orientación es más importante que la conducción
Los factores a tener en cuenta en una competición como el rally Dakar van mucho más allá de la velocidad del vehículo y la pericia del conductor. En este deporte lo importante es conseguir llegar al final, pasando por determinados puntos de control que en ocasiones se encuentran en lugares totalmente inverosímiles. El desierto y las dunas suelen aparecer constantemente en los recorridos, al igual que los diferentes tipos de terreno a los que hay que hacer frente. Dakar 18 trata de ofrecer estas mismas sensaciones a sus jugadores.
He de reconocer que me costó bastante adaptarme al juego, por muchas razones. La primera de ellas es lo distinto que resulta este deporte respecto a otras competiciones motorizadas que quizás tengamos más interiorizadas, pero lo segundo y más importante tiene que ver con el propio trabajo de Bigmoon Entertainment en su desarrollo. Nada más ponernos al volante del vehículo del tutorial nos damos cuenta de que no es un producto con mucho presupuesto y cuyos problemas técnicos nos van a acompañar durante todas las carreras. Problemas con la tasa de imágenes por segundo, bugs, un apartado gráfico alejado de los portentos actuales del género y un control que cuesta dominarse, más por culpa de estos problemas técnicos que por otra cosa. Pero si haces un esfuerzo puede conseguir adaptarte y entender que Dakar 18 intenta ofrecer algo más.
Es un videojuego que hay que jugar sin ayudas visuales, para entender de verdad lo que es competir en un rally de estas características. Escuchar a tu copiloto es primordial, entendiendo sus órdenes y siguiendo las coordenadas designadas. Perderse es muy fácil, y hay que mantener los sentidos a pleno rendimiento para no fallar en esta tarea. Tarde o temprano te darás cuenta de que no solo se trata de ir rápido, sino de ir en la dirección adecuada. No cometer errores, no chocarse (o habrá que tratar de arreglar el vehículo en mitad de la etapa) e incluso decidir si ayudar o no a algún otro piloto cuyo vehículo se ha quedado atascado en el barro.
Estos elementos dan mucha vida a Dakar 18 y pueden llegar a hacer que olvides todos sus problemas técnicos, pero para la mayoría de jugadores no será suficiente. La intención es buena, y los amantes de esta competición real van a poder disfrutar de un videojuego que emula este deporte de la mejor manera posible, pero a costa de arrastrar demasiados problemas de otra índole. Ojalá en el futuro este estudio tenga la ocasión de disfrutar de un presupuesto mayor o de un tiempo más largo de desarrollo, que se nota que falta en esta propuesta. La idea de otorgar más importancia a la orientación y a los problemas naturales del terreno que a la propia conducción es muy atractiva, pero Dakar 18 parece un título a medio hacer, y esa carga pesa demasiado en pleno desierto como para conseguir salir con vida.
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