Cuánto más se parezca Horizon Forbidden West a Zelda: Breath of the Wild, mejor
A nadie se le escapa que durante la presentación de Horizon Forbidden West había muchos guiños a Breath of the Wild. Ahora Aloy viaja sola para explorar a su aire, escala y maneja el arco y cabalga emulando planos de escenas de vídeo que vimos en el juego de Nintendo. Y eso es estupendo.
Lo mejor de Horizon Forbidden West es su mundo y las peleas contra sus robosaurios. Es decir, el juego es fabuloso cuando nos hace explorar y pelear. Sin embargo, cuando nos obliga a hacer misiones de sigilo, a escuchar conversaciones y a caminar por pasillos con scripts, el juego es bastante pocho. El original abusa demasiado de los tópicos de los mundos abiertos de siempre, y no le sienta del todo bien. Pero fijarse en Breath of the Wild sería lo ideal para esta producción.
La última aventura de Link y Zelda es una maravilla para los sentidos. Es un juego de mirar, de llegar a lo lejos y de seguir explorando. Es un título de silencios, de reposar y de cabalgar, y eso es lo que tendría que ser también Horizon Forbidden West, con la salvedad de que en la cima de esa montaña tendría que estar reinando un robotiranousario Rex en lugar de una caca de Kolog.
Pero la nueva aventura de Aloy no solo tiene que fijarse en esta exploración, también en los momentos en los que Link encuentra un templo; solo que en Horizon Forbidden West serían excavaciones que nos hablan del pasado o antiguas bases. En ellas tiene que haber resortes y puzles construidos a través del escenario que se resuelvan de múltiples maneras.
Es decir, cuanto más se parezca Horizon Forbidden West a Breath of the Wild, mejor. Cuanto más se parezca a Assassin’s Creed Odyssey, peor. Y no porque el juego de los asesinos sea mejor o peor, sino porque la aventura pide eso: mirar, explorar y llegar más allá. Afortunadamente, el propio título del juego apunta a esa idea: a descubrir el oeste prohibido y salvaje.
Pero aunque gran parte del trailer tenga ganas de esto, parece que este tipo de superproducciones no pueden librarse de sus batallas multitudinarias y guerras civiles. En el vídeo también hemos visto roboolifantes de guerra y señores con máscaras. Todavía queda ver cómo las integran en el juego, Ojalá estos pueblos estén a sus cosas en tiempo real y Aloy llegue e intervenga. Ojalá no todo vuelva a ser llegar a un avisador antediegético (un punto brillante de toda la vida) y que se inicie una misión.
Dudo mucho que Guerrilla Games se anime a hacer un juego 100% Breath of the Wild, pero con que lo sea un 70% yo ya me daré por satisfecho. A ver si poco a poco los mundos abiertos de siempre van dejando atrás sus viejos vicios.
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