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Cuando creemos que la obra es nuestra

Y no de sus creadores
Por Álex Pareja

Creo que los videojuegos arrastran un problema desde siempre en lo referente a los fanatismos y lo que éstos provocan. A veces, cuando nos gusta mucho una franquicia o un juego en concreto (aunque también podríamos aplicarlo a las consolas y a las marcas), lo hacemos nuestro. Es uno de los motivos por los que luego vienen las discusiones tontas de toda la vida entre los que defienden a una compañía por encima de la otra como si les fuese la vida en ello, sin darse cuenta de que ellos no son parte de ese producto sino otro consumidor más. 

 

Con Metal Gear Solid V The Phantom Pain ha pasado algo muy similar. Me he cansado de ver durante estos días a auténticos fanáticos que entraban en cólera y pataleaban como niños pequeños por el final del juego, que no les había gustado. Entendedme bien antes de nada, porque no quiero que haya confusiones con lo que digo. Claro que puedes quejarte si el final no te ha gustado y claro que puedes sentirte decepcionado, al igual que puedes compartirlo con los demás. Pero existe una diferencia bastante grande entre mostrar tu opinión hacia una obra y decir directamente que es mala porque no se han hecho las cosas como a ti te gustaría. Y ahí entramos en el asunto que habéis leído en el titular del artículo: Cuando creemos que la obra es nuestra y no de sus creadores. 

 

Artwork de Metal Gear Solid V

 

En este caso concreto -por centrarme en algo reciente y que todos estamos viviendo ahora mismo- ocurre a niveles extremos. Evidentemente, muchos jugadores han crecido con Metal Gear Solid a lo largo de todas sus entregas, es una franquicia fetiche para muchos y siempre contará con un cariño muy especial por todos ellos. Pero no nos equivoquemos: esto no es nuestra obra (a pesar de que podamos formar parte de ella de una forma u otra), es la obra de Hideo Kojima y de su equipo. Es lo que han decidido que sea y no podemos valorarla por lo que queríamos que fuera sino por lo que es. ¿Que eso te puede gustar o no? Por supuesto, pero no podemos juzgar a un juego y decir que es malo solo por eso. 

 

Porque al final todo esto conduce a ejercicios que a mí me llegaron a dar vergüenza ajena, como lo que ocurrió con el final de Mass Effect 3. Si recordáis, BioWare tenía una visión sobre su obra y sobre su final y así lo expuso en el final de la trilogía. Como no era lo que muchos aficionados esperaban, entraron en cólera (volviendo de nuevo a creer que la obra era suya) y hasta abrieron campañas de firmas para que el estudio cambiara el final. Ya conocéis lo que ocurrío después: el estudio tuvo que hacer ese DLC especial y me parece una absoluta locura. Es como si ahora llega alguien y me dice que cambie todo mi artículo porque no es la opinión que se esperaba que tuviera y que por eso es una mierda. 

 

Artwork de Mass Effect 3

 

Lo escribí hace algunas semanas por aquí: el videojuego tiene la inmensa suerte de ser un arte totalmente interactivo, en el que se necesita al jugador para mostrar esa obra. Por eso nosotros mismos podemos montar nuestras propias historias y crear nuestros propias obras utilizando como base la obra de los demás. Por ejemplo, veo genial que muchos de esos aficionados que se han sentido decepcionados por el final de Metal Gear Solid V The Phantom Pain hayan decidido crear el suyo propio, con cómics o incluso con relatos. Veo perfectamente bien que digan: vale, respeto la obra de Kojima y su final, pero como yo también tengo el poder de cambiar esto en mi cabeza voy a pensar que en realidad el final ha sido este. Eso también es bonito y sí es una manera de crear otra obra propia respetando siempre a la original. Insultar al creador por redes sociales y demás lindezas es de tener un serio problema. 

 

Al final, como digo, todo se basa en el respeto. Claro que podemos opinar bien y mal sobre ciertas decisiones, pero creo que no debemos valorar a las obras por lo que queremos que sean sino por lo que son, respetando siempre la visión que ha tenido el autor sobre SU obra, porque no nos pertenece. Hay que intentar entender lo que nos quiere contar y por qué lo ha hecho de esta manera y no de otra. Y por favor, dejad las pataletas de críos pequeños porque no nos benefician en absoluto. 


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