Criticar a alguien por tener una visión única y personal
Lo que más me sorprendió de la presentación de Beyond durante la Gamescom fue el propio David Cage. Y esto no quiere decir que la nueva obra de Quantic Dream no tenga nada que decir, pero ya le dedicaremos otra entrada. Mientras hablaba y los periodistas hacíamos nuestras preguntas, me di cuenta de que David Cage es, posiblemente, uno de los directores más implicados y que más trabaja en sus proyectos.
Pueden gustarte o no (de hecho, en MundoGamers hay opiniones encontradas al respecto), pero no puedes criticarle por criticar, sencillamente porque sus juegos tengan muchas similitudes con el cine y su jugabilidad no consista en tu habilidad y en las raíces del videojuego.
No se puede criticar a alguien que escribe él solo 2000 páginas de guión válido (unas 5.000 en total repartidas en tres borradores), que después comienza a realizar uno de los motion captures más trabajados de la historia del videojuego, dirigiendo a actores paso a paso, intentando que imaginen que esos palos de madera son algo tangente y real. Y cuando ha acabado todo eso, empieza a dirigir y diseñar el juego en sí.
Más aún, en estos dos años desde que salió Heavy Rain, a parte de lo anterior mencionado, también han creado un motor gráfico desde cero en vez de remodelar el utilizado para la anterior obra. Y llevan dos años, mientras que a otros estudios se le escapan los plazos de entrega con un motor licenciado. El juego, además, avanza a buen ritmo y ya tenían un buen puñado de escenas que mostrar.
Aún no hemos terminado. Si aún con todos estos tecnicismos te parece que no es suficiente, diría que no se puede criticar a alguien que pretende hablar de la condición humana. Los juegos de Cage son historias que hablar de amor, de tración, de la muerte. Que buscan plantearse cuestiones que han estado intrínsecas en el ser humano desde la noche de los tiempos. Y este medio es posiblemente el que menos intenta retratar eso. Puede que un determinado sector de usuarios no sea lo que busque cuando se pone a los mandos de una consola, pero no se puede decir que sea algo malo, o que "no es un videojuego". Hay interacción, y eso lo convierte en software de entretenimiento como cualquier otro.
"No soy un director de cine frustrado" dice Cage. Y nosotros tampoco lo creemos. Aunque no sea el porcentaje más alto de interacción que se ha visto en un juego, los títulos de Quantic Dream son obras personales que requieren de tus decisiones para continuar la trama. Y eso, en el fondo, es jugar; aunque sea al juego de la vida.
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