Creciendo con Metal Gear Solid
Ayer, mientras recopilaba y revisitaba las memorables introducciones de todos los Metal Gear Solid hasta la fecha, me di cuenta de algo que sé que muchos de vosotros compartiréis conmigo: hemos crecido como jugadores y como personas junto a esta saga. También lo ha hecho el propio Hideo Kojima, por supuesto, ya que aunque todos sus juegos se cuenten por obras maestras ha sabido ir evolucionando y encontrando su lugar a la hora de plantear la narrativa y la jugabilidad en sus títulos.
Metal Gear Solid V The Phantom Pain, con el que estoy jugando y disfrutando como un loco para poder traeros el análisis lo antes posible (aunque su enorme tamaño lo está postergando bastante, lo siento), parece la culminación de la saga en todos los sentidos. Hideo Kojima ha ido trazando su camino a lo largo de todos estos años hasta llegar a esta última entrega, donde demuestra que el final del camino ha servido para culminar también su evolución como contador de historias y creador de videojuegos.
Pero nosotros también hemos crecido junto a él.
Ya no somos aquellos jugadores que alucinaban con el primer Metal Gear Solid. Que empezaban a entender que los videojuegos podían ir un paso más allá a la hora de narrarnos historias y de que no solo podían divertirnos a través de la violencia o de los disparos. Ya no somos aquel Solid Snake que necesitaba información cada pocos minutos para saber qué debía hacer y cómo debía enfrentarse a los diversos peligros. Ahora somos ese Big Boss curtido en mil batallas que debe saber cómo enfrentarse a todo eso por sí mismo, ya que ese es su cometido.
Kojima ha sabido entender que nosotros ya no necesitamos ir de la mano. Su criatura se ha hecho grande, al igual que esa generación de jugadores que ha crecido junto a ella. Ya pueden caminar solos y no hace falta advertirles cada dos por tres de los posibles peligros, como si de un padre con su hijo se tratara avisándole del riesgo de cruzar la calle con el muñeco en rojo. No. Kojima sabe que Big Boss ya es un héroe experimentado y que nosotros también lo somos, por ello Metal Gear Solid V The Phantom Pain es la entrega más difícil y exigente de todas, que además no proporciona apenas información a través del códec y de otros métodos clásicos de la franquicia.
Ahora eres tú el que debes saber que hacer. Ya te has hecho mayor. Puedes cruzar la calle solo porque conoces los posibles peligros. Ya no nos hace falta la ayuda y aunque cueste reconocerlo al principio, ya no nos hace falta Kojima, que también ha crecido y se ha dado cuenta de que sus pequeños ya no necesitan de todos sus cuidados.
Por eso, aunque las despedidas siempre son duras, debemos decir adiós a aquello con lo que hemos crecido a lo largo de toda nuestra vida. Debemos despedirnos de Metal Gear Solid porque ya nos hemos hecho mayores.
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