1. Mundogamers
  2. Noticias

Crazy Taxi será The Offspring o no será

Torres i Chan dixit
Por Toni Piedrabuena

El 4 de febrero de 1997 se estrenaba Ixnay on the Hombre, el que para muchos seguidores de The Offspring es una de las mejores producciones del grupo californiano, el último disco de la era Pretty Fly for a White Guy y un trabajo que a muchos usuarios de jugadores segueros, por lo obvio, resulta muy especial. Debía ser por el año 2000, un pequeño Eduardo Polonio avisaba a un pequeño pero cholón Toni Piedrabuena sobre la última novedad del salón recreativo de Barcelona (a saber cuál era): una suerte de Driver con música de Offspring. En plena fiebre Americana eso sonaba a locura absurda. Y sin embargo, ahí estaba: una ciudad inacabable, dos temazos desconocidos de Offspring y un juego de esos que marcan: Crazy Taxi.

 

Que no se enfaden los aficionados de Bad Religion: nada contra ellos, nos encanta también, pero eramos putas de Holland y compañía. No podíamos hacer otra cosa que flipar con el All I Want. Luego llegó Ixnay on the Hombre gracias a un alquiler de la biblioteca (os lo juro) y comenzó la locura. A los más posers nos gusta más Smash, a los más comerciales Americana, pero creo firmemente que Ixnay es el punto intermedio entre esas dos piezas fundamentales de la historia de The Offspring. Ofrecen un poco de uno y un poco de otro. Prácticamente todo el disco es brillante, firmando una última pista, Change The World, que puede ser una de las mejores canciones del grupo. Se anunciaba como track secreta en Smash, no os digo más.

 

Es importante situar Ixnay como el principio de un nuevo Offspring, el estar en una firma independiente no le impidió a Smash tener discos de oro y platino, y el salto a Columbia Records, que sería la empresa que acabaría viendo el resto de grandes éxitos de la firma. No dudéis en echarle un tiento a Nitro, Genocide, Self Steem, It'll Be a Long Time y el último tema del CD, Smash, que da nombre al trabajo. En el caso de Ixnay, ni lo dudéis: The Meaning of Life, Leave it Behind, Gone Away, el feliz Don't Pick It Up, Amazed y el citado Change The World. ¿Sabéis qué? Os dejo en el siguiente enlace una lista de Spotify y a volar. Volvemos al videojuego mediante las dos pistas que definen el juego japonés.

 

All I Want y Way Down the Line, pista 10 y 11. Es difícil de explicar, pero es imposible no escuchar los temas ahora y no pensar en las Calles de San Francisco de Crazy Taxi. Se logró una sinergia brillante entre juego y música, absolutamente inseparable. Os sonará extraño, pero Crazy Taxi, a pesar de su mecánica bestial y su maestría arcade, sin The Offspring de fondo está mutilado y no se juega igual. Sí, es el mismo juego con otra música, cierto, pero no es lo mismo: van de la mano. La música es parte de la experiencia, y no se entiende el juego de taxímetros sin la voz de Holland de fondo. Ahí queda las versiones de Crazy Taxi contemporáneos, con temas de Pivit, Too Rude y Total Chaos, Wiki dixit. La verdad es que me importa poco si no es la original.

 

Crazy Taxi es un juego tan bestial que es uno de los pocos juegos en los que el product placement ha servido de algo. Te digo de memoria todas las marcas inmiscuidas en el juego, no te sé recordar ningún cartel de Burnout Paradise; de uno va camino de cumplir 15 años, el otro no tiene ni siete. El usuario llevaba a la gente al Pizza Hut, otros querían ir al Kentucky Fried Chicken, Levi's y hasta había un fulano que comprara ropa en la tienda oficial de FILA. Menudo panoli. Me reservo el derecho a robarle el turno a Rafa a finales de febrero para celebrar su 15º aniversario en el MGRetro: aunque no lo parezca en el presente texto, el juego encierra detalles sencillamente increíbles más allá de su música.

 

*No dudéis en llamarme casual por pasar por alto The Offspring o Ignition: soy un panoli también. Recomendación del amigo Chan: no hagáis ascos a Ignition y Rise and Fall, Rage and Grace por ser discos más recientes: son bestiales, mejores que (el a veces infravalorado) Conspiracy of One.


<< Anterior Siguiente >>