Comparativa GTA V en la next gen. ¿Tanto se nota?

Hace un par de días los chicos de DigitalFoundry realizaron una más que currada comparativa entre el teaser de GTA V en PS4 que Sony mostró en su conferencia en Los Ángeles y las mismas escenas en su versión para su consola predecesora, PS3. Un trabajo muy elaborado que sirve de muestra para apreciar al milímetro el resultado final de un upgrade gráfico que promete ir más allá de lo visual. Pero antes, juzgad vosotros mismos...

 

 

Algo más que su 'guapura'

Lo primero que llama la atención al ver la comparativa es lo más obvio: Una brutal mejora gráfica que incluye texturas, luces y sombras dinámicas, fenómenos atmosféricos y un agua de mar que, como hombre de costa, no puedo menos que aplaudir. Más vegetación, elementos con forma, peso y solidez, y unos árboles que dan ganas de cortar y de llevarse a casa para las Navidades de éste año. Oh, Christmas tree, oh, Christmas tree...

 

Pero no nos dejemos llevar por la emoción. Junto al apreciable trabajo de mejora visual hay varios elementos que pueden pasar un poco por alto, aunque no mucho, la verdad. En primer lugar está la movilidad: Los personajes tienen mucho más movimiento y, lo que es más importante, mucho más creible. Hasta hace poco, si querías movimientos naturales tenías que tirar de Naughty Dogs o, en menor medida, de Sucker Punch. Ahora, visto el resultado de Ubi con Watch Dogs, parece que la nueva generación trae de la mano unos esqueletos mucho más elaborados cuyos movimientos resultan mucho más naturales y creibles. Y no hablamos sólo de nuestros protagonistas, si no también de todos los PNCs que pueblan el juego, que según podemos apreciar en la escena del  camión se van a mover de una forma mucho más aceptable que en su predecesor. 

 

 

Señora, no empuje

El entorno también ha sufrido una mejora apreciable, así como la vida que lo habita. Si de algo han pecado los GTA a lo largo de la historia a partir de ese ya anciano GTA III y su callado protagonista ha sido de resultar desértico en ocasiones. De pronto tu coche explotaba al pegarte contra un edificio, no había nadie cerca y tardabas varios minutos en volver a encontrar un vehículo. Las calles desiertas eran un problema, y ni siquiera en GTA V desaparecía esa sensación de que el mundo se iba originando a nuestro alrededor según avanzábamos por sus escenarios. Pues bien, parece que en éste salto a la next gen la cosa por fin se ha solucionado y no hay más que ver a Francis caminar por los aledaños de Groove Street para darnos cuenta de que Los Santos va a estar muy pero que muy poblado... Ojalá se consiga al fin ese concepto de ciudad viva que nos ha legado Chicago y al que aún le queda mucho por mejorar.

 

Otros que han sufrido una mejora interesante han sido los animales, que ahora parecen más sólidos, más creibles y más abundantes que nunca, correteando, volando, nadando o posándose a nuestro lado como si estuviéramos en un documental de la dos. Pero no un documental de Ian Wright, no, si no uno de los de Féliz Rodríguez de la Fuente: 'Observamos, atónitos, el vuelo de la avutarda'. 

 

 

¿Y todo esto importa?

Pues mire usted, disculpe pero a mí sí que me importa. Me hace mucha gracia esa obsesión por decir que el apartado gráfico no importa, que los 1080 p y los 60 fps son lo de menos, y luego ir corriendo a la tienda de la esquina a palmar 400 pavos por una next gen o llorarle a papa Noel -o el comunity manager de turno-, por conseguir una consola de las nuevas.  Los gráficos importan, las luces y sombras dinámicas importan, el movimiento realista importa y la posibilidad de encontrarte mazo de peña por las calles importa. Vaya si importa...

 

Tal vez por eso me encanta lo que han hecho los tipos de Rockstar, porque cuando hace un año decidí jugar muy por encima GTA V y esperar a que saliera en la nueva generación para apretarle a fondo sentí que estaba equivocándome de lleno. Ahora que he visto lo visto y sé que la cosa mejorará y mucho estoy deseando que pase pronto el verano y llegue ese otoño cargadito de regalos y de gráficos alucinantes.

 

¡Nos leemos! 

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