¿Cómo superar un juego de 10? Grand Theft Auto V y su modo en primera persona

Hace poco decía que los sandbox me estaban saturando, que había decidido no coger ni uno hasta la llegada de mi reserva de Grand Theft Auto V, y que a pesar de ser un fan declarado de la saga de Rockstar cuando todavía eran DMA Designs, no lo tenía muy claro. Esperaba que me sorprendieran tan gratamente como parecía que iba a hacerlo en el vídeo comparativo y en las notas de prensa que hablan de nuevos contenidos, porque si no me iba a mosquear. Mucho. 

 

Ayer, mientras daba de cenar a la peque, recibí un vídeo de la distribuidora de los papis de GTA, y tras ver el vídeo del modo en primera persona de Grand Theft Auto V, este redactor de 36 años calvo, tocho, con cara de sieso y muy malas pulgas, se puso -me puse- a bailar como si no hubiera un mañana. Joer, tíos... ¿Cuánto tiempo llevo soñando con esto?

 

 

De comentarios en voz alta

Lo de Rockstar ya no tiene nombre, pero tranquilos, que lo digo en plan bien. Hay pocos juegos que me lleven a decir en voz alta mientras juego lo mucho que me están gustando o que me arranquen alguna expresión que no sea de desidia o de 'vaya mierda'. Rockstar es de las pocas compañías que lo consiguen. Con Manhunt apenas era un suspiro de amargura o una respiración entrecortada a la par que fascinada por lo mal que lo estaba pasando, con San Andreas eran expresiones de júbilo, Red Dead Redemption... Joer, era la vida salvaje, y Grand Theft Auto V eran carcajadas puras y malignas con algún que otro 'Dioooooo, pero mira, vida' a mi mujer.

 

Lo que nunca me había pasado, hasta ahora, era que un vídeo me impactara tanto como para comentarlo mientras lo veo, sorprendido, y menos aún como para levantarme y ponerme a bailar ante los ojos sorpendidos de mi hija, que afortunadamente ya sabe que estoy como una cabra. Pero es que... ¿Somos conscientes de lo que este modo en primera persona significa?

 

 

Viviendo la aventura

Si me preguntáis cuáles son mis juegos favoritos de los últimos años diré que Red Dead Redemption y GTA -estáis advertidos, no soy imparcial mwahahaha- pero también Oblivion, Fallout, Dishonored y Deus Ex. Los primeros me enganchan por su concepto abierto, la naturalidad de sus historias, la forma que tienen de plantear el mundo y la belleza de sus tragedias. De los segundos me llama la capacidad de vivirlo todo con mis ojos, de experimentar el mundo de primera mano y de sentir las cosas como si fuera yo su protagonista.

 

¿Entendéis ahora lo maravilloso de este modo en primera persona? No sólo porque sea una opción más, no sólo porque demuestre el cariño que los de Rockstar tienen a su público y seguidores, no sólo porque ahora sea más divertido conducir, o pilotar, o disparar... Ná, lo grande de este nuevo modo subjetivo es la grandiosidad que aporta al juego, la oportunidad de vivir Los Santos y el condado de Blaine como si realmente estuviéramos ahí, sin Luckey Palmer dando el coñazo ni necesidad de partirnos el cuello con un casco virtual.

 

Y sí, habrá quien pase de esta vista, a quien le resulte incómodo o quien prefiera el concepto clásico de juego. ¿Qué más da? lo importante es que la opción está ahí, y yo voy a disfrutarla como un maldito enano. 

 

 

¿Cómo se mejora un juego de diez?

Mientras el resto del planeta sigue dándose de cabezazos con las paredes por saber cómo narices se consigue desarrollar un juego de diez sin la ayuda de la sequía de una plataforma, Rockstar no sólo tiene la fórmula magistral de la piedra filosofal del videojuego, si no que, además, ha aprendido a mejorar sus obras maestras hasta un punto en el que los baremos actuales de puntuación se quedan cortos. Porque sí, estos tíos siempre han ido años por delante, pero cuando estamos hablando de una nueva generación, cuando hablamos de un remaster de un título que apenas tiene un año, lo que han hecho -una vez más para bien- no tiene nombre.

 

Y casi me da pena por el resto de las compañías. ¿Qué será ahora de Calofdiuti? ¿Qué pasará con Batelfrón? Está claro que Rockstar puede comerse el mercado con el género que quiera y las mecánicas que les de la gana, siendo como ya son esos Bruce Lee de la industria del videojuego que se limitan a golpear una y otra vez a las compañías con unos juegos que parecen fruto de un pacto con el tipo de abajo, que son demasiado para el resto del catálogo, y que son, en definitiva, un puñetero regalo para su público. 

 

 

Y sep, sé que estoy demasiado ilusionado y podéis acusarme de hypemaster, que hace mucho que no utilizamos ese término, pero entre tanto artículo hater y tanto odio hacia el mercado, es de agradecer poder alabar algo alguna vez y sonreír mientras escribo. 

 

¡Nos leemos! 

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