Cómo reparar y restaurar una Game Boy clásica

Este mismo año ha sido el 30 aniversario de Game Boy, la máquina que supuso el boom definitivo de las portátiles y la reafirmación de Nintendo como la marca encargada de liderar su mercado. Resulta que, tras muchos viajes y ajetreos, todavía conservaba la mía en un cajón y en un estado bastante deplorable. El panel tenía líneas verticales, la pantalla estaba llena de rascadas, le faltaba la tapa trasera, el auricular no funcionaba y la carcasa había ganado un color amarillento con el paso de los años. 

 

No sé decir muy buen cuándo me puse en serio en esto de arreglarla, pero en dos meses he pasado de tenerla como os he contado a acabar con una máquina prácticamente restaurada. Si estáis en una situación similar, a continuación os doy cuatro consejos básicos sobre cómo darle una nueva vida a vuestra consola.

Necesitáis:

- Destornillador de tres puntas 

- 15-20 euros de presupuesto 

- Un soldador doméstico (solo en algunos casos)

Lo primero es abrir y limpiar la máquina. Yo he usado este vídeo pero la realidad es que hay varios en YouTube que os pueden servir. Os recomiendo tener una cajita en la que ir guardando los tornillos porque acaban siendo unos cuantos, y conviene separar los exteriores de los que ajustan los chips. Para este proceso necesitaréis alcohol y bastoncillos de algodón; cuidado a la hora de limpiar con ellos porque es fácil que se deshilachen, es importante comprobar que no ha quedado ningún hilillo suelto. Recomiendo limpiar con ganas los botones frontales, parece una tontería pero por mi parte he recuperado parte del recorrido que habían perdido.

 

 

Restauración exterior
Si solo necesitáis blanquear la carcasa, el siguiente paso es gastar parte del presupuesto en un producto que tenga oxidante. Hay gente que utiliza agua oxigenada en volúmenes altos, pero a mí no me funcionó, supongo porque la consola ya estaba bastante amarilla (es la de la imagen superior). Lo imbatible es el decolorante para el pelo y lo encontraréis en peluquerías de barrio, aunque como no todas lo venden también podéis comprarlo online. Buscad uno en 20 o 40 volúmenes y aseguráos que contiene peróxido de hidrógeno. 

 

Con el producto en casa, solo tenéis que untar la carcasa con él, taparla con papel film y hacer que le dé la luz directa del sol. Os recomiendo ir echando vistazos cada hora porque el producto es fuerte y aplicado de más puede borrar las letras de la parte frontal. En medio día deberíais tener el plástico blanqueado, y si por un casual todavía os ha quedado alguna zona amarillenta siempre podéis repetir el proceso las veces que sea necesario. Si queréis cambiar la pantalla y la tapa trasera, os recomiendo buscar recambios en Aliexpress o Ebay, y ya que estáis buscad que la pantalla sea de cristal templado. La antigua se retira aplicando poca fuerza y la que compréis lo más seguro es que venga con adhesivo; si no, usad un poco de cola líquida en cada extremo. 

 

 

Restauración interior
Con esto deberíais tener ya una consola que, al menos en apariencia, está restaurada. Si tenéis problemas con el panel o con el altavoz, aquí es cuando se necesita el soldador doméstico. El proceso para reparar la pantalla es delicado y requiere paciencia, porque básicamente tendréis que trazar círculos en la placa oscura que está justo debajo de la misma para aplicar calor al pegamento que une el flex con la circuitería. ¿Por qué digo que es delicado? Porque es una reparación que se hace con la consola encendida y porque habrá ratos en los que perderéis más líneas de las que ganaréis, y eso asusta, pero con unos diez minutos la cosa debería estar. En ese caso recomiendo encarecidamente tener un vídeo de referencia, yo he usado este. 

 

Si tampoco os funciona el altavoz encontraréis recambios en Ebay por un par de euros. De nuevo necesitaréis el soldador y quizás también os vendría bien tener un pequeño hilo de estaño que fundir, aunque la pieza ya viene con un poco. Básicamente tenéis que retirar el cableado aplicando calor y luego unirlo a la nueva pieza. En este caso os recomiendo hacer pruebas de encendido antes de volver a ensamblar toda la máquina, porque aunque es un material conductor a veces parece que el soldado es suficiente, pero no.

 

 

Con todo eso deberíais volver a tener vuestra Game Boy completamente funcional, y además con unas cuantas décadas menos encima. Es un proceso que requiere cierta paciencia, pero si es vuestra consola ya os digo que la satisfacción final al ver los resultados es indescriptible. Ahora ya solo queda un último paso, volver a jugar a sus clásicos como antaño. Quejándonos de que el panel no es retroiluminado, de que es pequeño y de que la consola es jodidamente incómoda, pero aún así atesora muy buenos recuerdos.

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