Cómo me gusta FIFA 16

He tenido la inmensa suerte de poder probar FIFA 16 varias veces este año, siendo consciente de la evolución durante su desarrollo. Pero una cosa quedaba clara casi desde el primer instante: pinta estupendamente bien y se han corregido precisamente aquellos aspectos que a mí me gustaban menos de las ediciones anteriores. Ahora mismo nos encontramos con un producto realmente sólido en todos los sentidos.

Probar la Demo, que ya sabéis que está disponible ahora mismo en todas las plataformas donde el juego va a salir a la venta, ha sido muy importante para mí a la hora de entender que FIFA 16, realmente, va a ser un simulador de fútbol estupendo. Por primera vez he podido probar el juego yo solo (que creo que es como realmente se deben valorar los juegos deportivos), enfrentándome a la inteligencia artificial y no a otro jugador. Hasta el momento, las oportunidades que había tenido de probar FIFA 16 habían sido jugando partidos con otros compañeros de la prensa y eso influye demasiado a la hora de valorar ciertos aspectos. 

Por ejemplo, había sido consciente de la mejora evidente en términos defensivos, pero no tanto como hasta ahora. Ya puedo decir que se nota muchísimo cómo las líneas defensivas trabajan al unísono la mayor parte de las ocasiones y no sientes tanto miedo, porque en FIFA 15 que un atacante sobrepasara a un defensor significaba que superaba toda esa línea defensiva con facilidad; ahora sabes que los compañeros te cubren, siguen la jugada y están al tanto de cualquier cambio en el juego, creando una sensación muy órganica y positiva. Dudo que ahora escoger al Real Madrid para aprovecharse de la velocidad de Ronaldo y Bale marque tanto la diferencia en competiciones profesionales, aunque eso lo iremos viendo más adelante. 

Otro aspecto muy positivo que a mí me molestaba mucho en FIFA 15 eran esas décimas de segundo vitales que perdías cuando cambiabas de control a otro jugador. Por explicarlo de la forma más gráfica posible, cuando pulsabas el botón que te permitía cambiar de jugador al que estabas controlando, el jugador paraba la acción que estaba realizando solo en ese momento para pasar a acatar tus órdenes, creando ese instante de vacío en el que o se paraba o variaba de dirección. En una dificultad alta o jugando contra otro jugador real, con los problemas en la defensa antes mencionados, podía significar que el atacante superara a ese jugador con extrema facilidad. Ahora, al cambiar de jugador no ocurre, y el jugador continúa con su acción. El cambio es más natural y no tienes miedo de liarla por pulsar un botón. 

Creo que las mejoras dentro del campo de juego son muy evidentes y me alegro por ello. Incluso creo que el salto de calidad entre la entrega del año pasado y esta va a ser más reconocible por la mayor parte de los jugadores de lo habitual, y eso es algo muy positivo. Pero bueno, no me voy a acostumbrar mucho a estas mejoras de FIFA 16 porque en la próxima Madrid Games Week me tocará acompañar a uno de los lectores de Mundogamers en el torneo de FIFA 15 que se celebrará en el evento. Apuntaros, prometo no ser un lastre demasiado grande.