¿Cómo le va a Overwatch?
Hablemos de Overwatch. Es uno de mis temas de conversación favoritos. Siempre es buen momento para hablar de Overwatch. Sobre todo si me preguntan por mi vida amorosa. ¡Overwatch! Desde que lo vi por primera vez, me enamoré perdidamente de él y, si bien no he conseguido una beta para mí, única y personal, intransferible y eterna (en realidad lo de eterna va a ser que no), no he dejado de jugarlo. Es lo que tiene los contactos.
Desde que pasase de un simple anuncio a una fase beta, ha pasado mucho tiempo. O eso parece. Pero, en realidad, el Shooter-MOBA de Blizzard no lleva tanto tiempo con nosotros. ¿Por qué nos da, entonces, esa sensación? Fácil, ¡no hemos dejado de hablar de él! Principalmente porque ha llamado la atención más allá de la comunidad amante de estos dos géneros que mezcla el juego; y en segundo plano por la simple razón de ser una nueva marca de la compañía, que es bien famosa por lo que le cuesta innovar (ojo, que su no-innovación también funciona perfectamente).
Mucho o poco, el tiempo ha pasado, y Overwatch tiene una nueva beta con más contenido, que para eso sirven estas cosas. Las novedades afectan al desarrollo del juego con un sistema de progresión por niveles, algo ya más que visto en el género. Visto, pero eficiente, ya que siempre es el mejor método a la hora de enganchar al jugador. Nos gusta subir niveles y llamar noobs al resto, somos así. Siempre hemos necesitado cierta progresión visible, como si alguien nos fuese a dar una palmadita en la espalda. Nuestro ego es caprichoso.
Por supuesto, éste no ha sido el único cambio significativo de Overwatch, ya que se han modificado algunas habilidades, además de que se han ido añadiendo nuevos héroes al redil. Otra novedad relacionada con los personajes del juego es la del botín, y no hablo del difunto boss of Banco Santander. Las cajas de botín nos permitirán conseguir diferentes objetos, tanto designados a cambiar alguna parte del aspecto de nuestro héroe (véase, las skins de toda la vida) como a mejorar sus habilidades. Esa última parte tendré que observar con detenimiento cómo avanza y cómo afecta al juego de jugador que no tiene botín vs el suertudo que sí que tiene; el tiempo, una vez más, nos dirá si será una decisión injusta por parte de Blizzard.
No hay duda de que Overwatch es y será un gran juego, si bien no estoy yo todavía muy segura de querer apoquinar los 60 pavetes sin pensármelo dos veces. Quiero decir, el título es un grande, pero… ¿vale lo que cuesta? Quizás estoy demasiado acostumbrada a que estas cosas sean gratis o mucho más baratas. Agh, qué demonios, todos sabemos que me los gastaré igual. Para PC, por supuesto, aunque no debemos olvidar que lo tendréis también los consoleros para PlayStation 4 y Xbox One. ¡El mundo necesita héroes!
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