Cómo gastar 1.463€ en Xbox Live y hacer que tu padre culpe a Microsoft

Esto ha ocurrido en Wolverhampton, en el Reino Unido, donde un padre, Sam Ghera, lleva seis meses detrás de Microsoft quejándose porque su hijo de 12 años, Nik, se ha gastado nada menos que 1150 libras en Microsoft Points en medio año a través de la tarjeta de crédito del padre sin su autorización.

De primeras, el niño pidió los datos de la tarjeta a su padre para jugar a Call of Duty y FIFA con sus amigos, éste no contaba con que los datos se iban a quedar almacenados en la Xbox 360, como bien sabemos que ocurre. No vamos a entrar en temas de la polémica renovación automática de la suscripción vía tarjeta de crédito, pero sí que podemos recordar que esto no es para nada necesario, ya que hay tarjetas de prepago a la venta en cualquier sitio donde se vendan videojuegos.

Así, el niño compraba y compraba Microsoft Points sin pensar que éstos costaban dinero real que se estaba cargando a la cuenta de su padre, quien se dio cuenta al ir al banco a sacar dinero y ver que no tenía. Fue entonces cuando se puso en contacto con Microsoft para reclamar el dinero perdido, quienes evidentemente, le dijeron que había infinidad de formas de evitarlo.

Mientras que Sam Ghera buscaba tanto recuperar su dinero como una disculpa, afirmaba que lo que más le interesa es que se solucione este problema para que los padres no tengan que sufrir estos percances, a lo que un portavoz de Xbox Live respondía que hay varios pasos en los que al comprador se le pide que confirme la compra, y el precio está claramente especificado en pantalla. También recalca que las cuentas de Xbox Live para niños tienen las opciones online desactivadas por defecto, aunque pueden ser activadas con el consentimiento de los padres.

Todas las consolas, e incluso dispositivos electrónicos de ocio de todo tipo tienen hoy en día tienen funciones de Control Parental y seguimiento, pero no son pocos los padres que no las utilizan por pura pereza. A nadie le molesta tener que meter una contraseña cada vez que desbloquean su smartphone, no vaya a ser que se lo roben, pero "¿una contraseña para cada vez que el niño quiera jugar? Mejor le dejamos hacer lo que quiera..." Y luego vienen los lamentos y el equivalente a 1.463€ gastados en cartas del FIFA Ultimate Team.

No vamos a decir que las consolas sean peligrosas para los niños, ni mucho menos, pero hoy en día toda precaución es poca. tenemos el completo sistema PEGI para que nadie se lleve sorpresas porque su hijo vea una teta o una cabeza cortada, tenemos manuales de instrucciones, tenemos tiendas especializadas y servicios de atención al cliente, tenemos mil opciones de Control Parental para desactivar funciones no recomendadas para niños como el 3D o el juego online, y relacionadas incluso con el PEGI para que el chaval no se crea un listillo que puede jugar a cosas violentas a escondidas,...

Lo tenemos todo cada vez más fácil para evitar problemas, pero como bien decían Faithless, la desinformación es un arma de destrucción masiva.

Fuente | Daily Mail