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¿Cómo cambia Hearthstone con Kobolds y Catacumbas?

Tú no llevarte vela
Por Kysucuac

Aunque parezca que estamos perdiendo el interés por Hearthstone en beneficio de otros juegos que son actualmente fenómeno de masas (como PlayerUnknown’s Battlegrounds o Clash Royale), seguimos pendiente de todas las actualizaciones y novedades que pueda traernos Blizzard. Entre ellas, cómo no, está Kóbolds y Catacumbas. Ésta será la última expansión de este 2017, llegando en algún momento del mes de diciembre. Y lo hará con cartas que pintan bastante bien, y eso que todavía no conocemos todo lo que nos espera en los sobres.

 

Una de las cartas más destacadas está volviendo un poco loco a Internet. El Rey Togwaggle tiene un coste de ocho cristales de maná, cinco puntos de Ataque y cinco de Vida, y cuenta con un Grito de Batalla que puede darle la vuelta a la partida en menos de un segundo: cambia nuestro mazo con el del oponente. Esto nos brindaría la oportunidad de ser el mayor troll de la historia y llenar nuestro mazo con mil porquerías que luego pasarle al oponente… el problema es que es sólo temporal. Y es que este Rey Kóbold también le da al adversario un hechizo para que pueda volver a intercambiar los mazos… cuando lo crea conveniente.

 

 

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Cartas para todos los gustos

Lo mejor de las expansiones es que llegan siempre cartas nuevas para que experimentemos un poco con nuestros mazos… y acabemos liándola para bien o para mal. Por ejemplo, con Rompeocasos, que es una carta de coste 4, tenemos a un esbirro dragón 3/3 que, si hay algún otro dragón en nuestra mano inflige 3 puntos de daño a todos los demás esbirros. Más que perfecta para limpiar la mesa, ¿no os parece? Y sin el riesgo de que nos haga daño también a nosotros, como las llamas infernales.

 

Otra muy interesante (y que pienso usar a menudo) es Bifurcación. Esta carta nos dará la oportunidad de elegir entre tres opciones… dos veces. Y, sí, dichas opciones se pueden repetir. Así, nos permitiría robar una carta, otorgar +1 de Ataque a nuestros esbirros o hacernos con 6 puntos de armadura. Dos veces, recordad. Podemos llegar a chetar a nuestros esbirros lo máximo, o incluso protegernos de los ataques devastadores sin problema. Todo esto con cuatro cristales de maná. Suena muy interesante, ¿verdad?

 

Por lo general, Kóbolds y Catacumbas trae cosas muy curiosas, como Campeón solitario, que se aprovecha del vacío de nuestra parte de la mesa, o la Rama del Árbol del Mundo, un arma legendaria 1/5 cuyo último aliento es darnos 10 cristales de maná. Pero, a grandes rasgos, esta expansión no supone un gran cambio. No hay una modificación significativa de las mecánicas, sino un añadido de cartas que completan un poco las cosas que ya tenemos. No hay una actualización de jugabilidad como la hubo con Susurros de los Dioses Antiguos, por ejemplo. De hecho, ésa precisamente sigue siendo mi expansión favorita. C’Thun, ¡C’Thun!, ¡C’Thuuun! Perdón, que me distraigo.


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