Clash Royale y el mazo invencible
Ni siquiera Thanos con el Guantelete del Infinito es invencible. ¿Por qué iba a serlo un mazo de Clash Royale? Lo siento, amigo, pero si pensabas que aquí ibas a encontrar la construcción de la baraja definitiva para el juego de móviles de Supercell, la llevas clarita. Podrás buscar por Internet todo lo que quieras, pero déjame decirte una cosa: no hay un mazo invencible.
Bien, una vez acabo de romperte tus ilusiones de luchador de Arena 3, déjame seguir con la explicación. Porque este texto se llama “el mazo invencible” por algo, ¿no? ¿O acaso no es más que clickbait? Je, je… ¡puede ser! No, por supuesto que no, ése no es mi estilo. Mi estilo es el de ser tu guía espiritual en el vasto y peligroso mundo de Clash Royale. Y es que, una vez subes unas cuantas arenas, todo puede volverse demasiado infernal. Así que ponte cómodo ahora, que cuando estés luchando no podrás.
Ya comenté en una ocasión cuáles son los consejitos básicos para construir nuestro mazo en Clash Royale. Ahora toca profundizar más al respecto. Como ya dije, necesitamos buscar un mazo que sea variado y que mantenga un buen equilibrio en lo que a la curva de elixir se refiere. Por ello, no podemos pasarnos con el número de cartas que superan el coste de elixir 4; pero tampoco deberíamos tener la mano llena de morralla.
Conforme vayas subiendo de nivel y vayas ganando más partidas, irás ascendiendo de Arena en Arena. En la primera de todas, tu mazo será lo más básico del mundo: un gigante, una arquera, un caballero, unas flechas, una bola de fuego… Pero al igual que creces tú, lo hacen tus capacidades, e irás desbloqueando cartas cada vez más interesantes. Sí, llevar un tanque bien protegido en el equipo está muy bien, pero recuerda que no hay una carta infalible, todas y cada una de ellas tienen un punto débil… y tu rival sabrá explotarlo a la perfección.
Cuando estés en Arena 3 y Arena 4, te encontrarás con una carta que parece estar en manos de todo el mundo: el Príncipe. Es muy poderosa, corre que no veas y parece imparable. Sin embargo, esta carta de coste 5 puede ser noqueada con facilidad y con una única carta de coste 3: el ejército de esqueletos. ¿Qué te quiero decir con esto? Que igual pensabas que el Príncipe es lo más, pero ahora sabes lo fácil que es acabar con él sin que te dé tiempo a pestañear.
El truco está en evolucionar a la vez que lo hacen tus cartas. En cada arena, el cuerpo (bueno, el juego) te pedirá un tipo de mazo. Esto dependerá de la clase de rivales con los que te encuentres, porque, al fin y al cabo, tendrán más o menos las mismas cartas que tú. Piensa en buscar siempre cómo contraatacar, a la vez que tienes en mente que cualquiera de tus cartas puede ser fácilmente contraatacada. Un PEKKA no tiene por qué ser la respuesta.
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