Cine y videojuegos de acción, caminos muy diferentes
Mucho se habla de que cine y videojuegos caminan en paralelo en muchos aspectos, pero en realidad no tienen nada que ver. Mientras que los videojuegos pretenden parecerse al cine, éste busca siempre reinventarse y ofrecer algo nunca visto, y en los mayores destacados de cada campo es donde se diferencian.
Tomamos como referencia sólo el cine de acción en este caso, como comparativa con los videojuegos de acción, tanto en primera como en tercera persona. El objetivo es el mismo, ambos medios buscan entretener a un consumidor que busca una descarga de adrenalina activada a través de la vista, un entretenimiento fácil de seguir y una buena ración de estruendos y explosiones para que su cerebro se distraiga.
El caso es que mientras que el cine de acción cada vez busca más y más dar una vuelta de tuerca a lo que propone, y deja la propia acción, los tiroteos y las hostias, como algo accesorio a un buen planteamiento y como una forma como otra cualquiera de resolver un conflicto, los videojuegos sólo se centran en ese uso constante de armas de fuego, y nos plantean una mecánica repetitiva y nada original en pos de ofrecer un espectáculo banal que pretende parecerse al cine de acción de cuando sólo importaba eso, la acción descerebrada. Como si todo fuese Commando.
Por suerte durante este auge de la acción sin sentido en los videojuegos hemos tenido auténticos estandartes de la diversión bien elaborada. El ejemplo más reciente lo tenemos en Max Payne 3, que no sólo da sentido a todo ese vaivén de balas con una trama deliciosa de seguir, sino que hace que el centro del juego, los tiros, sean divertidos y variados. Digamos que es el juego perfectamente equilibrado que buscaríamos para esta comparación.
A un lado del equilibrio habría muy pocos juegos, títulos como Spec Ops: The Line, que no atrae ni destaca, y prácticamente ni divierte por su apartado jugable, pero está tan bien envuelto en una trama tan originalmente narrada que es inevitable disfrutar de él.
Al otro lado de la balanza tenemos a los juegos realmente divertidos de jugar. Tendrán muchos otros defectos, tendrán toda la carencia de multijugador que queráis, pero juegos como Vanquish bien merecen ser destacados como uno de los juegos que ofrece una mejor acción de los últimos años, donde disparar es lo divertido.
Mención especial también para Wanted: Weapons of Fate, gran trabajo de la difunta GRIN, y un juego del que se pudieron haber dicho muchos puntos negativos, empezando por la duración, pero lo que nunca se pudo negar es que la premisa de encadenar muertes a base de disparar con efecto para convertirlo en algo con una fuerte tendencia arcade ha creado a uno de los mejores (tristemente) sleepers de esta generación.
Y para que no parezca que sólo defendemos la tercera persona y las coberturas a medias en vez de ese horrible sistema de esperar quieto hasta que el enemigo asome la cabeza, también hablamos de Bulletstorm como otro de los máximos defensores de la diversión. Podrás encajar mejor o peor con su humor absurdo y socarrón, pero la variedad jugable que aportan unas armas ridículamente geniales y su combinación con un látigo, una súper-patada y cualquier elemento del escenario, y que te puntúen por improvisar con el sistema Skillshot, hace que nunca llegues a echar de menos un multijugador online.
¿En qué momento ha desaparecido la predilección por la diversión para vivir entre juegos en los que matar sólo es un ejercicio aburrido que sirve como excusa para ver una secuencia espectacular? El cine de acción madura con películas como Looper. ¿Cuándo le tocará a los videojuegos de acción?
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