Card Shark, cuando hacer trampas en un videojuego es la premisa principal
El Nintendo Indie World de esta semana fue una de las mejores presentaciones del verano en cuanto a videojuegos se refiere por obras como esta. Por primera vez vimos a Card Shark, uno de los próximos títulos de Nerial (creadores de Reigns) que tiene una premisa curiosa: manipular y hacer trampas en juegos de cartas para poder ascender por la sociedad francesa del siglo XVIII. No me digáis que no resulta atractivo poder hacer trampas en un videojuego de manera tan abierta y necesaria.
Card Shark será un roguelike que verá la luz en 2021 en Nintendo Switch y PC, donde tendremos que llevar a cabo todo tipo de técnicas y manipulaciones reales en las barajas de cartas. Ahora podremos poner en práctica los trucos que aprendimos de pequeños con Magia Borras para sacar unos cuantos ases de la manga, para barajar las cartas de forma especial y para utilizar técnicas reales de los mejores tramposos de la historia. Es ahí donde encuentro otro de los puntos a favor del juego, ya que no solo se quedará en la superficie y nos incitará a hacer trampas: estos trucos están estudiados e introducidos casi como otro elemento histórico.
La Europa del siglo XVIII estaba repleta de juegos de cartas. Algunos han sobrevivido hasta nuestros días y otros se han terminado perdiendo o quedando relegados a pequeñas comarcas y pueblos de diferentes regiones. Era común destacar en la sociedad de la época gracias a las dotes en el juego, lo que incitaba a más de uno a crear diferentes técnicas de conteo de cartas (este truco ha servido para que varios jugadores de la historia se hicieran asquerosamente ricos, como el caso de Don Johnson y el Blackjack) o emplear técnicas más avanzadas. Porque al final esos trucos de magia que servían para realizar espectáculos de impresión también podían aplicarse, en manos expertas, en estos juegos de mesa. Y el escalafón social que permitía ascender merecía la pena tantos riesgos.
Porque en Card Shark parece que ese riesgo también influirá en el comportamiento de nuestros rivales, que no quedarán muy contentos si nos descubren haciendo trampas y la cosa se pondrá violenta. No se han dado muchos detalles sobre cómo se irá progresando en las partidas ni en qué influirá la etiqueta de roguelike, pero parece que tendremos que utilizar muy bien nuestras cartas (jeje) y gestionar las ganancias con inteligencia. Poco a poco podremos ir ascendiendo a juegos con apuestas mucho más elevadas en diferentes ubicaciones, lo que también se entiende como ese ascenso por la sociedad francesa gracias a nuestras dotes.
La obra tiene una pinta fantástica y su punto de partida, como veis, no puede ser más atractivo. Su estilo visual también derrocha personalidad gracias al trabajo del artista ruso Nicolai Trochinsky, con el que ha trabajado Nerial para este apartado visual y para las mecánicas de juego. Id preparando vuestras mejores técnicas de engaño porque aquí las trampas se deben hacer, pero bien. Card Shark ya está apuntado en mi calendario.
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