[Cara A] Xbox One es más de lo que parece
Parece mentira, miro al calendario y falta más o menos un mes para que abracemos esa nueva generación que tanto se está haciendo de rogar. El día 22 de noviembre se lanza Xbox One y el 29 del mismo mes PlayStation 4 llegará a las tiendas. Está siendo dura la batalla y, con lo poco que queda, amigos y compañeros en la vida continúan haciéndome la pregunta mágica ¿Qué consola me compro?
Sinceramente esto es algo muy personal. Las dos consolas están mostrando potencia y va llegando el momento de pensar seriamente cuál va a ser la consola que queremos. Durante las campañas de presentación de las consolas hemos visto como en ocasiones ganaba Microsoft y en otras Sony asomaba la cabeza. Pero pensemos que de aquí a unos meses los números hablarán y sabremos cuál de ellas se lleva la palma en un primer momento.
Ahora toca hablar un poco de Xbox One. Esto es así porque ayer Microsoft decidió presentarla a la prensa española y dejarnos tocarlas un poquito. Me centraré en lo que es el aparato en sí porque, aunque he vuelto a jugar a los títulos que nos han mostrado, algo está llamando mi atención hacia la “pequeña” One.
No hace mucho que Major Nelson mostró en un video la interfaz de la consola y las capacidades de interconectividad. No sé, empiezo a mirar a Xbox One con otros ojos. Por un lado dejo de verla como una consola. Sí, podré jugar a juegos como Ryse, Forza, Assassin’s Creed IV y toda la ristra que vendrán después, pero tiene algo más. Hemos hablado varias veces de que si el precio de una, que si los juegos de lanzamiento de la otra pero, a la hora de la verdad, estamos pensando en comprar algo con lo que viviremos –si Dios quiere y el tiempo acompaña- muchos años. Así que he prestado especial atención a las explicaciones de qué es capaz de hacer este nuevo aparato.
Lo primero que ha cambiado es la visión de Xbox One como lo que era Xbox 360, una consola. Si nos fijamos un poco en las estrategias de Microsoft, podemos ver cómo, poco a poco, ha ido unificando recursos. Si compramos una Surface, viene con Windows 8 y realmente tenemos un PC en las manos. A su vez, la interfaz del Sistema Operativo y la de la nueva consola, son bastante similares, un bloque, una aplicación. Ahora dirijamos la vista a Windows, que lleva años tratando de ser el centro de toda la actividad del hogar. Úsame para trabajar, pero mira mi Media Center que también sirve como centro multimedia.
Mirando a Xbox One, veo la estrategia de Microsoft por convertirla en lo que siempre quiso para Windows, ser el centro del hogar. Puede que alguno de vosotros, durante la presentación en sociedad de One, pensara “¿Para qué quiero una entrada HDMI?”. La respuesta es para que conectes cualquier aparato a la consola, que ella sea el intermediario para todo. ¿Quieres ver Canal+? Conecta el decodificador y a ver el partido. ¿Una llamadita a los amigos por Skype? Pues claro, minimiza la ventana de la tele a una esquina y divide la pantalla para hacer las cosas al mismo tiempo –yo, en mi situación de hombre, solo podré hacer una de ellas. Aparte queda Kinect que, aunque todos nos mostramos algo escépticos, nos acercaría bastante a la imagen de casa del futuro.
En sí es como veo ahora a Xbox One, ni me gusta más ni menos que antes pero algo ha cambiado en mi forma de mirarla. La conclusión sería que tengamos presente lo que estamos comprando, una consola o un centro multimedia con opciones sociales. Esto no afecta, por supuesto, a la elección de ¿tú de quién eres? Simplemente observemos el currículum entero de quien llama a nuestra puerta.
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