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Capcom se convierte en Activision

Money, money, money
Por Jaume Esteve Gutiérrez

El último informe financiero anual de Capcom da más miedo que la última de Chiquito. Los japoneses lo tienen muy claro, para evitar riesgos se van a lanzar descaradamente a la secuelitis y, para ello, acortarán el espacio entre lanzamientos.

 

Dice el jefazo de Capcom que el horno no está para bollos y que si la firma sigue con su ritmo de lanzamientos se arriesga a que el fracaso de uno de ellos pueda poner en riesgo la salud de la compañía. Según el informe, Capcom lanza secuelas de sus juegos cada dos años y medio con tiempos de desarrollo que se sitúan entre los tres y los cuatro años, unas cifras inaceptables si se quiere bombardear el mercado.

 

Así que la apuesta de Capcom es sencilla. Además de destinar un 20% de sus recursos a investigar e nuevas franquicias para la próxima generación, la desarrolladora tiene claro que va a apostar por equipos de 100 personas que trabajen en diferentes secuelas y que sus desarrollos sean paralelos y espera aumentar la plantilla en un centenar de empleados por año. El argumento es que con unas sagas de tanto éxito (Resident Evil, Street Fighter, Lost Planet) no se pueden permitir el lujo de tener las entregas tan espaciadas en el tiempo. 

 

Ryu en Street Fighter IV

¿Te parecían pocas entregas las cuatro que llevamos de Street Fighter en veinticinco años? Espérate a las bodas de oro...

 

Y digo yo, o decimos todos los jugones, ¿realmente esta táctica va a beneficiar a Capcom? No dudo que si lo basa todo en el cortoplacismo, la jugada le va a salir bien porque hay ejemplos sobrados de franquicias que, a juego por año, lo están petando. Pero, ¿dónde queda la calidad de los juegos? ¿A qué va a quedar reducido el hype entre entrega y entrega?

 

Todos conocemos a Activision, y más recientemente EA, por su conocida política de exprimir las sagas hasta agotarlas. Ahí tienen el caso de Guitar Hero, que pasó del todo a la nada en poco más de dos años. Podría poner varios casos de franquicias que a día de hoy no levantan la más mínima emoción (¿Final Fantasy?) a fuerza de lanzar entregas como churros. En cambio, podría poner casos de sagas que, jugando bien con los tiempos, saben arrasar con el mercado a su debido momento (The Elder Scrolls, Fallout).

 

Entender el miedo de Capcom es lógico y la compañía tiene todo el derecho del mundo a asegurar el tiro para aumentar sus beneficios, pero la aproximación da más miedo que otra cosa. En lugar de contar con una buena cantera de franquicias que les permitan alternar lanzamientos y preparar bien cada entrega, van a poner toda la carne en el asador. Toda de golpe. Su catálogo se va a convertir en un buffet libre de esos que no sabes por dónde comenzar... y en los que acabas comiendo nada y menos.


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