Candy Crush Saga: todo el mundo viciado... menos tú
Candy Crush Saga es ese nuevo juego de Facebook que te molesta con actualizaciones indeseadas por parte de amigos y conocidos a los que crees conocer pero que en realidad sigues en la red social por mera cortesía y para chafardear sus más o menos interesantes vidas. Pero el jugador hardcore de la calle, como viene siendo habitual con los juegos de la presente índole, pasa mil pueblos de ello y no se entera de lo que ocurre a su alrededor. ¿Importa? No, pero probablemente te ha despertado algo de curiosidad y todavía no te has molestado en lanzarte a echar una partida. Intentaré animarte a hacerlo.
King.com lleva ya unos cuantos juegos hechos para navegador y móviles, pero Candy Crush Saga se ha convertido en su más sonado éxito y en el juego más jugado de Facebook en la actualidad. ¿Cuál es el secreto? Interconexión entre sistemas y cuentas que nos permite continuar nuestra partida de móvil cuando llegamos al ordenador y seguir con ella cuando accedamos a la tablet. ¿Qué es lo que verdaderamente ha motivado el éxito y qué nos ha llevado a lanzarnos a jugar sin freno? Ahí hay muchas respuestas, algunas muy interesantes.
¿Pero qué es exactamente? Reunir caramelos de distintos colores en un mínimo de tres, obteniendo bonificaciones si conseguimos juntar grupos de cuatro o cinco. Un Bejeweled al uso, pero con cuatrocientos niveles y con distintas normas que nos permitirán pasar (o no) de nivel, desde puntuación, límite de movimientos o contrarreloj. Un mapa muestra nuestros avances y el de todos nuestros amigos que hayan jugado al juego y que tengamos en Facebook. Ahí comienza la fiesta: la persona que menos imaginas a los mandos de un videojuego, por casual que sea, está en el nivel 300, y tú estás llorando por pasar del maldito nivel 25. Comienza el pique contra tu tía Chelo o tu primera novia del colegio.
Ahí no queda el asunto: Candy Crush tiene vidas limitadas, y tienes que esperar un tiempo concreto para poder acceder a nuevos intentos. Dependes de tus amigos en Facebook para que te regalen nuevas vidas o ayudas, pero en caso de no contar con ello, hay que esperar 30 minutos por vida, siendo cinco el límite. De hecho, el propio juego te avisa en caso una vez se llega a dicho límite y vuelves a entrar. La BBC habló del juego hace unos días llegando a asegurar que 'el juego está diseñado para crear síntomas de abstinencia'. Quizás las palabras de Megan Rose, reportera del Business Insider recogidas en dicho texto del medio británico, sean exageradas, pero no hay duda de que el enganche es indiscutible, y perder vidas duele.
Cada movimiento y cada decisión viene motivada con tal de evitar ese castigo temporal de no poder jugar, y King.com ha sabido sacar un filón a ese miedo añadiendo ayudas para evitar perder vidas con nuevas vidas, movimiento y ayudas a las que se puede acceder pasando por caja. Puede parecer una excentricidad, quizás parezca una auténtica tontería, pero ese negocio está moviendo en la desarrolladora más de medio millón de dólares diarios. Ya es un fenómeno de masas, pero parece que irá a más, guste más o guste menos a los jugadores hardcores y exista o no una crisis de juego en las redes sociales.
Estás a un click de jugarlo. Yo te invitaría a que tentases la suerte y echaras un vistazo al mapa para quedarte loco con la pericia de algunos amigos y amigas a los que nunca habrías imaginado jugando a un juego de puzzle. Más allá de eso, confirmaros que servidor ha llegado al nivel 35 algo enfadado, ya que lejos de apostar por un juego verdaderamente estratégico y ser un rompecabezas interesante, al final acaba dependiendo de la suerte a la hora de caer los caramelos para conseguir pasarte la pantalla. No sé qué ocurrirá en niveles posteriores, pero lo único claro es que el azar permite hacer negocio. La pericia del jugador, no tanto.
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