Candle: la artesanía hecha videojuego
La primera línea del escaparate de cualquier tienda de videojuegos, virtual o no, es a día de hoy un muestrario de nombres que, como la Cola Cola, tenemos grabados a fuego en nuestras cabezas. Es decir, salvo raras excepciones, todo está copado por aquellas franquicias que año tras año nos invaden comiéndose el grueso de lo mediático, eclipsando cualquier atisbo de información relativa a otros productos no necesariamente menores en lo que a calidad se refiere. En este sentido, el mercado actual hace complicado el que la producción española resalte entre todos aquellos lanzamientos que invierten más en publicidad que en desarrollo, y más difícil aún es si los propios medios del país ignoran el grueso de humildes movimientos que tienen lugar dentro de nuestras fronteras.
Es por ello que consideramos importante mover cosas como aquello que están haciendo en Teruel los muchachos de Teku Studios, máxime cuando se trata de una obra cuya calidad queda fuera de toda duda a poco que le dediques un par de minutos a su trabajo. El nombre del videojuego en cuestión es Candle, y el innovador tratamiento que está recibiendo en todas y cada una de las premisas que lo componen son absolutamente merecedores de convertirlo en un ejemplar digno de recordar.
Candle es una aventura gráfica dinámica, es decir, recoge el testigo jugable de clásicos como Another World, Heart of Darkness y los mezcla con el estilo único de un mito como Abe's Oddysee y su secuela. Así en Teku Studios tienen en mente plasmar una amalgama de conceptos que casa a la perfección en términos de jugabilidad, traduciéndose en una jugabilidad fluida en lo relativo a la acción pero profunda en lo que a puzzles se refiere, donde el candil que ilumina el camino de nuestro extraño protagonista dará mucho juego. Para que nos hagamos una idea, Limbo puede ser un buen referente del punto al que se quiere llegar con Candle, sin por ello dejar de hacer alarde de una identidad de lo más potente.
El trabajo que tiene tras de sí este juego es ciertamente resultón, derivando de un proceso absolutamente artesanal que evoca lo mejor de mágicas obras como Machinarum o el mismísimo Braid. Un ejemplo de ello es el trabajazo que se están pegando pintando los detalladísimos escenarios a base de tinta y acuarela, trazando varias capaz de los mismos para otorgar profundidad de pantalla. Por su parte los personajes también han sido trazados a mano, dibujando las animaciones al más puro estilo Disney. La bella mezcolanza resultante se agita a base de Unity 4 y, como resultado, tenemos un videojuego de lo más bonito.
Un año tiene ya a sus espaldas el desarrollo de Candle, siendo una aventura en al que se embarcaron dos amigos y, actualmente, llegan a siete personas que trabajan a destajo sin cobrar un solo euro por ello. Este matiz no resta profesionalidad al producto, pero se hace necesario un empujón que bien puede venir dado por el éxito del Kickstarter en el que han metido su juego. La simpatía del proyecto es tal que, si apuestas por ellos en su máximo aporte (Paella Edition), recompensan tan generoso acto con un viaje a España e invitaciones a probar platos típicos de la tierra. ¡Me caen bien estos chicos!
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