Camino a Red Dead Redemption 2: Bonnie MacFarlane y los hombres estúpidos

Este artículo forma parte de una serie centrada en rememorar momentos y personajes icónicos del primer Red Dead Redemption

La primera conversación entre Bonnie MacFarlane y John Marston va sobre lo estúpido que ha sido este último, sobre cómo ha puesto en riesgo su vida absurdamente al exponerse ante la banda de Bill Williamson, sin ningún plan. Es, también, una manera de sintetizar el mundo de idiotas en el que le ha tocado vivir a Bonnie; ya sabéis que en Rockstar casi nada es a la ligera. A lo largo de la aventura con John nos encontraremos a personajes variopintos de todo tipo, pero ninguno con la personalidad arrolladora de la dueña del rancho cercano a Armadillo.

 

Bonnie es la última hija de Drew MacFarlane, padre de otros cinco hijos de los que solo sobrevive un varón, y es que por aquel entonces era habitual que muchos muriesen por cualquier enfermedad. Es una mujer a la que le ha tocado cargarse a la espalda el rancho familiar, cuidar de sus trabajadores y hacer frente a las múltiples intentonas externas de enviar su terreno al garete. Es, en palabras de John, ‘una mujer en un mundo de hombres’, algo complicado cuando prácticamente todos resultan ser estúpidos.

 

 

En su día a día, Bonnie intenta lidiar con sus propios problemas mientras termina envuelta en disputas entre bandidos, simplemente por ser mínimamente civilizada y ayudar a alguien moribundo como John. Es con ella con quien tomamos contacto con el salvaje oeste, con quien aprendemos a manejar el ganado y a través de quien empezamos a conocer algo sobre el personaje que controlamos. Resulta que tiene una hija muerta, que su padre murió cuando él tenía ocho años y que su madre era prostituta, y siendo una relación de la que no le apetece hablar ya podemos deducir el resto. Es algo que le recuerda a lo que tiene con Abigail, es un nudo en el pecho que le dice que debe evitar que su hijo se convierta en él, y seguramente ese matiz no lo conoceríamos sin Bonnie.

 

Porque la señora MacFarlane es alguien en quien confiar, una persona con quien John se abre, y desgraciadamente también alguien a quien toca acabar rescatando. Pero lejos de la trama clásica de la mujer en apuros, cuando la liberamos no cae rendida a nuestros brazos sino que se molesta por lo mucho que hemos tardado, e intenta quitarle peso a la tortura que acaba de recibir. Niega lo evidente, se sobrepone, porque sabe que en el salvaje oeste no puede permitirse ni un momento de debilidad. Su historia es cruda pese a estar camuflada entre humor y chascarrillos, y es también la trama secundaria más interesante de todo Red Dead Redemption.

 

Antes de que el destino llame a la puerta de John, tenemos una última ocasión de cruzarnos con ella, ya con Abigail acompañándonos. Es una despedida fría, una escena en la que nos alejamos del rancho con el carromato mientras Bonnie se niega a dejar de mirar, se queda pensativa imaginando un mundo irreal, imagino que con John, una fantasía fugaz que desaparece cuando el patoso de Amos le pasa por delante. Es un momento del juego en el que sobran las palabras, y me partió el corazón.

Porque pese a despedirme de un personaje que acaba bien, vivo al menos, en el fondo Rockstar me dice que Bonnie está condenada a resignarse, que siempre tendrá que seguir luchando y que, quizás, nunca sirva para nada. Y es por eso que me parece uno de los mejores personajes de toda esta magnífica historia de pasados, presentes y futuros.

 

Más capítulos de esta serie: 

- Reyes, Allende y la cruzada por México

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