Call of Duty WW2 es tremendamente nostálgico

Desde su primer anuncio, Call of Duty WW2 ha jugado con la nostalgia, aunque en realidad pienso que lo hemos hecho nosotros mismos. Después de tres entregas futuristas, con saltos, carreras por las paredes y que culminó de una manera un poco decepcionante (Call of Duty Infinite Warfare), regresamos al suelo, a una etapa histórica muy interesante y a todo aquello que se había pedido por una buena parte de los aficionados durante años. Y lo cierto es que jugando al propio juego, tanto a su modo multijugador como a la campaña, recuerda y mucho a los Call of Duty clasicos que muchos tienen guardados en su corazón. 

Está lejos de ser tan bueno como todos ellos, también es cierto, pero Call of Duty WW2 parece que utiliza la misma plantilla mágica que hizo triunfar a las mejores entregas de la franquicia. Mapas sencillos, habilidades y armas muy fáciles de entender y personalizar, junto a mejoras y adiciones justas que no hacen alarmarse a los jugadores clásicos. Parece una entrega hecha a medida para los nostálgicos, y eso hará que disfruten de lo lindo. Pero también tiene ciertas implicaciones que no gustarán a todo el mundo. 

Por ejemplo, el modo Campaña da un paso (o dos) atrás respecto a lo visto en Call of Duty Infinite Warfare, que aunque parezca mentira fue un avance interesante con la adición de misiones secundarias, una pequeña libertad y una puesta en escena muy espectacular. Aquí volvemos a tener un modo Campaña con una historia y una estructura de misiones que bien podría pertenecer a la de un juego de hace una década. Es decir, que bien podría haber sido el modo Campaña de un Call of Duty clásico, desperdiciando un poco su gran contexto.

Lo mismo ocurre jugablemente: aunque a no todos gustó, es inevitable saber que los saltos, correr por las paredes, los especialistas y demás características vistas en los últimos juegos de la franquicia fueron innovaciones para una saga que lo necesitaba. Ahora parece que volvemos a jugar a un título clásico con gráficos mejores, y ya está. ¿Es algo bueno? Por supuesto, teniendo en cuenta el tipo de jugadores y la comunidad que prevalece en la franquicia, pero también me hace pensar en que no es del todo positivo que una saga parezca mejor cuanto menos trate de innovar o revolucionar en sus planteamientos jugables. 

Todavía me quedan muchas horas para sacar conclusiones reales sobre el título, aunque lo que llevo jugado a Call of Duty WW2 ha hecho que saque esta rápida idea. Es un juego dedicado a los nostálgicos, pero también es inevitable divertirse con él si no lo eres. Sledgehammer y Activison han dado con la clave correcta para que en este momento concreto el juego caiga en gracia a sus aficionados y a la opinión general. No es el mejor Call of Duty de la historia y me atrevería a decir que tampoco es el mejor visto en estos últimos años, pero es precisamente lo que la mayoría de sus jugadores más habituales requerían.