Call of Cthulhu propone una aventura de rol tradicional con licencias sobre el clásico literario

Siempre he pensado que el universo de terror de HP Lovecraft puede funcionar excepcionalmente bien adaptado al videojuego. Aunque no era la primera vez que se intentaba, Bloodborne fue el encargado de confirmarlo, a título referencial y solo mediante nombres e ideas que recuerdan al universo del autor de Providence, pero que ahí están. Sin embargo Cyanide Studio, la gente del orco sigiloso Styx, ha decidido apostar por algo más evidente con Call of Cthulhu, una reinterpretación de la obra más conocida del escritor estadounidense, y he podido probarla.

 

Aquí se presenta una aventura con protagonistas y entornos completamente distintos, por lo que si sois seguidores de la obra original os recomiendo aterrizar con la mente abierta. La mitología, sin embargo, sí es la misma, y se enmarca en una comunidad en la que sabes que algo huele a podrido y bajo la que se esconde una secta que adora a seres de otro mundo. No conviene entrar más en materia, primero porque el juego bebe mucho de generar suspense y segundo porque el avance tampoco da para mucho más, y sus tres horas introductorias sirven para tomar contacto con la isla de Darkwater.

 

 

Sí puedo hablar de cómo funciona todo, de la propuesta de base. Aquí nos ponemos en la piel de Edward Pierce, un detective con algunos problemas con la bebida que debe resolver el asesinato de Sarah Hawkings, con una pintura como única pista. La gracia, que es a lo que voy, es puedes personalizar qué puntos fuertes tiene Edward, en una suerte de menú por perks que influye desde cómo puedes analizar cada escenario en busca de pistas hasta cuánta labia tienes con la gente. Hay varias maneras de alcanzar tu objetivo, y huele a que dependiendo de qué caminos transites (aplicando la fuerza, utilizando el ingenio, debiendo favores, etc.) la historia tomará uno u otro derrotero.

 

Es, en definitiva, un enfoque clásico salpicado con toques de sigilo en primera persona, reconstrucción de escenas al estilo Batman Arkham y acciones con consecuencias, todo envuelto en una ambientación y contexto que son los verdaderos protagonistas. Si funcionan bien tendremos algo interesante, algo que no puedo decir con lo probado; ni siquiera he tenido tiempo de ver qué consecuencias tienen mis actos. Me sigue llamando la atención y promete, y con Cyanide al desarrollo y Focus Home (Vampyr) como distribuidor el proyecto ofrece ciertas garantías, pero por ahora tiene tantos números de ser algo bueno como de resultar indiferente. Veremos a finales de mes.

 

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