Cada nuevo Pokémon estropea un poco los anteriores
Ayer, me puse a jugar a Pokémon Rubí Omega y, de pronto, lo que todavía era considerado en mi cabeza como un juego fabuloso y que se veía de miedo y que elevaba mi idea de lo que es Pokémon a un punto más moderno; me pareció una porquería. La culpa la tiene Pokémon Luna, el juego al que llevo ya dedicadas más de 60 horas y que me ha absorbido un poco a nivel de jugador, por aquello de que no estoy hablando casi de ninguna otra cosa desde finales de noviembre.
Me he dado cuenta, por ejemplo, de lo estúpido que me parece ahora mover una roca con Fuerza o hacer un corte a una planta con Corte. ¿Cómo podía algo tan diminuto limitar el avance de nuestro personaje? La roca tiene más sentido, pero ni por esas... En Pokémon Sol y Luna, las rocas son algo inmenso y no hay plantas que impidan el paso en ninguna rutas. Todo esto es un paso en una dirección más realista que evidencia las cosas que pasábamos por alto antes y que, bueno, son tontísimas.
Con cada juego, ha pasasdo un poco eso. Me cuesta volver a la perspectiva previa a Pokémon X e Y, no solo por los gráficos, sino por algo tan fácil de pasar por alto como el movimiento en todas las direcciones que no ha estado implementado hasta hacer relativamente poco. Y ya no hablamos de cuestiones como los tipos de ataque (físico o especial) o cuestiones que llevan años con nosotros, como las habilidades pasivas. Por mucho que nos cueste admitirlo a los de la vieja guardia, cada nuevo Pokémon es mejor sí o sí.
Esa forma de matar la nostalgia cuando se intenta recuperar un juego antiguo es algo que me duele, pero que a la vez me encanta. Pocos juegos hacen lo que Pokémon en este sentido. Curiosamente, también pocos juegos evocan tanto a las pasadas generaciones para luego dejarlas obsoletas casi por completo.
Aunque es inevitable que los videojuegos se queden antiguos, pues son tecnología y esta siempre se mejora con los años, creo que esta saga es la que más bruta se pone a la hora de dejar atrás a sus antecesores, hasta el punto de que resulta muy difícil volver a ellos sin echar de menos todo lo implementado con los años. ¿Quizás por eso nos volvamos locos con los remakes que lanzan cada pocos años?
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