Buenos tiempos para las aventuras gráficas

No es raro escuchar eso de que corren malos tiempos para las aventuras gráficas. Tal y como ocurre otros tantos géneros, se hace evidente el que este tipo de juegos ha vivido épocas mejores, sobre todo si miramos al pasado y contemplamos aquellos gloriosos momentos gloriosos en los que LucasArts y Sierra Online nos regalaban una obra maestra tras otra. Maniac Mansion, Zak McKracken and the Alien Mindbenders, las distintas entregas de Space Quest, Leisure Suit Larry o King Quest, los juegos de Indy, The Secret of Monkey Island...

Los fans se suelen anclar de mala manera en aquellos días, que abarcaba gran parte de los ochenta y la primera mitad de la década de los noventa. Aquí también se sumaron otras compañías con ganas de subirse al carro aventurero, y vaya si algunas lo consiguieron de manera más que holgada, con títulos con tanta solera como Simon the Sorcerer, Darkseed, Legend of Kyrandia, Mean Streets o Beneath a Steel Sky. Pero pasaron los años, y el género comenzó a sufrir una evidente decadencia. Y es que, mientras que un título como King Quest V (1990) era capaz de vender unas quinientas mil copias, una maravilla de LucasArts como Grim Fandango (1998) solo consiguió colocar cien mil ejemplares a lo largo de cinco años.

No era de extrañar que Sierra cerrara su estudio de desarrollo en 1999 y que la empresa de George Lucas desestimara realizar más aventuras gráficas en el año 2000. El que el género fuera apartado de las dos compañías que le dieron gloria fue terriblemente significativo para los aficionados, que lamentaron de medio a medio el no poder volver a contar con la herencia de Loom, Police Quest o Day of Tentacle. No obstante, otros se atrevieron a continuar con el magnífico legado que, en términos de filosofía, habían dejado genios como Ron Gilbert, Roberta Williams o Al Lower, y llegaron otros lanzamientos que, siendo objetivos, muy poco tenían que envidiar a las viejas glorias del género: Broken Sword, Discworld, Toonstruck...

Aún así, las grandes productoras decidieron ir dejando morir un género que apenas les repercutía beneficios, por los que cada vez era más complicado encontrar un programa que bajo estas premisas lúdicas funcionaran dentro del catálogo de grandes como Activision o Electronic Arts, por citar solo un par de ellas. Lo curioso es que fueron precisamente las casas más pequeñas las que se interesaron por mantener viva la llama aventurera, con sobresalientes esfuerzos sobre todo por parte de una gran cantidad de compañías francesas, país donde la aventura gráfica se mantenía muy viva. No en vano, aquí nacieron mitos del entretenimiento como Operation Stealth, Future Wars o Cruise for a Corpse, que se transformaron ya en el siglo XXI en obras como Atlantis, Dracula, Post Mortem o las dos entregas de Syberia.

Precisamente de Syberia os quería hablar. Resulta que a través de la página de Facebook de la empresa Microïds, se ha anunciado el desarrollo de una tercera entrega de las aventuras de las aventuras de la abogada Kate Walker y su particular y helado mundo de robots y maquinaria steampunk. El autor de las entregas originales, Benoit Sokal, ha firmado nuevamente como director artístico del proyecto, trabajando codo a codo con Elliot Grassiano, el fundador de la veterana Microïds. Tales van a ser los esfuerzos volcados para esta aventura que se estima salga entre 2014 y 2015, teniendo como objetivo el ser un juego multiplataforma. Aunque aún queda bastante para que Syberia III vea la luz, no deja de ser una buena noticia para todos los aventureros que disfrutamos en su momento de tan magnas aventuras gráficas, que mientras pueden ir gozando con pequeñas maravillas a la usanza de Deponia, The Whispered World o bizarreces extremas como Anna. ¡A jugar!