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Breakout: el padre de los rompeladrillos se hace mayor

Treinta y siete añazos
Por José Manuel Fernández "Spidey"

Un día después de que servidor celebrara su cumpleaños, el viejo Breakout hacía lo propio, curiosamente cumpliendo justamente un año menos que yo... ¡37 añazos! Una coincidencia tan tonta ha hecho que durante toda mi vida haya sentido cierto apego por el clásico de Atari, si bien los méritos del decano de los rompeladrillos son suficientes como para alabarlo sin más excusa.

 

Corría el año 1972 cuando Atari popularizó su extraordinario Pong!, colocándolo en multitud de bares y demás antros donde se sacó un capital ciertamente importante. Era obvio que había que aprovechar ese tirón, si bien es algo que pensaron igualmente un buen puñado de pequeñas compañías ávidas de su particular trozo del pastel. Así, y arruinándole la fiesta a la empresa de Nolan Bushnell, salieron al mercado no pocas copias de Pong!, imitadores en verdad de poca monta pero muy capaces de mermar la cuota de mercado de Atari.

 

Breakout black

Su madera, su pantalla curva, sus llaves... ¿Es un encanto o no? 

 

Así pues, la idea no era otra que seguir en la misma línea, pero variando lo suficientemente el concepto como para que tuviésemos un producto fresco, con visos de ser considerado absolutamente como algo nuevo. El propio Bushnell y el ingeniero Steve Bristow (el mismo que no quiso que Atari distribuyera la NES en los Estados Unidos) conceptualizaron un estilo de juego que esta vez se alejaba del concepto multijugador de Pong! para llevar ante el cliente un desafío en solitario. Más sencillo que programar una inteligencia artificial rival competente, Atari firmó una sencilla mecánica en la que, bola mediante, debíamos limpiar la pantalla de rectángulos... de ladrillos, vaya.

 

Cabe citar que en esta historia tiene su parte de protagonismo uno de los nombres más míticos de la historia de la informática. Y es que en 1974 un jovencísimo Steve Jobs entró en Atari ejerciendo de técnico. Después de algún particular viaje a la India y un peligroso baile con ciertas sustancias químicas, Jobs tuvo el peculiar encargo de crear el panel de circuitos del arcade Breakout. Nolan Bushnell le ofrecería cien dólares por cada chip que pudiera ahorrarse en la plata. Junto con su amigo Steve Wozniak, lograron suprimir unos cincuenta chips, algo que sorprendió gratamente al jefe de Atari. Cabe citar que Bushnell se escaqueó un tanto a la hora de pagar la cantidad acordada, amén de que el propio Jobs mintió a Wozniak acerca de las cifras percibidas. Al menos todo este desaguisado de honestidad sirvió para que los inminentes fundadores de Apple aprendieran muchísimo acerca de cómo optimizar en la fabricación de hardware.

 

Una pasada para los bolsillos más pudientes...

Como cabría esperar, Breakout arrasó, recaudando muchas, muchísimas monedas. No se hicieron esperar las consecuentes versiones para los sistemas domésticos, siendo en este sentido especialmente beneficiadas las consolas de Atari. Y la verdad sea dicha, el resto de jugones también salimos ganando ante la influencia que supuso este juegazo para toda una legión de programas que se inspiraron en su sencilla pero adictiva fórmula: Arkanoid, Krakout, Batty... e incluso producciones más modernas como Shatter o el español BreakQuest. Un torrente del que no se salva ni la mismísima google, que ha decidido celebrar la efeméride que hoy nos ocupa con un magnífico huevo de pascua: teclea en el buscador 'Atari Breakout' y dale a imágenes... ¡disfruta!


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