Bloodborne como evento

Para tratarse de un juego tan complicado y que castiga tanto a los jugadores, hay que decir que Bloodborne une bastante a la gente, y eso es algo bonito. Como decía ayer Dayo en su post, Bloodborne, así como cualquier Souls, se vive como un evento cuando se lanza y no dejas jamás de ver a gente comentando alguna hazaña, alguna extraña curiosidad o cómo un jefe le ha matado por un bug o por una tontería enorme que ha hecho por confiarse.

Realmente, esto es algo bonito y que no siempre se alaba de los videojuegos, pues no, no solo Bloodborne consigue eso. Yo me río bastante, por ejemplo, con los amigos con los que juego a Battlefield Hardline, el otro título que estoy exprimiendo como loco estos días. Por un lado, está la partida en sí, en la que no decimos más que burradas y soltamos frases de películas bélicas para reírnos de las muertes o cagadas del enemigo o de un amigo; y por otro, está el 'aftermatch', que va desde cuando quedamos para tomar algo y rememoramos alguna chuminada del juego hasta cuando uno de mis amigos sube un vídeo a Facebook de la partida que hemos echado y nos partimos de risa de nuevo.

Los videojuegos consiguen esto cuando existe una comunidad y una colaboración entre jugadores, pero en Bloodborne esto no existe. Existe un multijugador integrado que permite jugar con otros, sí, pero rara vez son amigos, y muchas veces este aspecto tiene poco de compañerismo. Por eso me resulta curioso que en Twitter, Facebook y demás me pare tanto a hablar del juego, a compartir mi experiencia y escuchar la ajena.

Mientras me jugaba el juego, antes del análisis y de que se levantara el embargo, comentaba casi a diario en una lista de correo con otros dos compañeros de penas, Víctor 'chiconuclear' y Pablo 'pantallapartida'; y luego esto se ha expandido a redes sociales con muchos otros amigos y desconocidos. Darse consejos, dejar caer pistas, interpretar el lore con más gente...todo esto es tan parte de Bloodborne y de los Souls como la dificultad, los jefes y demás.

Y creo que esto es lo que hace mejor el juego, que no solo es bueno en sí mismo sino que alarga sus cualidades hacia fuera, que se puede compartir con otros porque da para ello. Es verdad que siempre se puede hablar con amigos que juegan de tu partida a cualquier cosa, pero con Bloodborne y otros Souls siempre he notado una respuesta especial, y yo mismo me he visto con más ganas de participar.

Es un aspecto que las redes sociales han potenciado, eso también os lo digo. Yo no viví Demon's Souls o Dark Souls como lo hice con Dark Souls II o Bloodborne, donde cada pequeño avance lo compartía o donde cada guiño a los anteriores juegos tenía que comentarlo con otra gente, algunos casi desconocidos hasta ese momento y con quienes he estrechado lazos a partir del juego.

¿Qué nos dan para empujarnos a esto? Me da a mi que Bloodborne y Souls producen tantas emociones, muchas de ellas ira pura y dura, que es necesario extraerlas y lamerse las heridas o celebrar las victorias en compañía. Al menos, es lo que me pasa a mi. ¿A vosotros también os ocurre esto con Bloodborne o con otros juegos?