Blizzard en el punto de mira: los jugadores reclaman una respuesta

Probablemente en el departamento de comunicación de Blizzard ahora mismo se estén comiendo las uñas hasta la raíz. O al menos, eso si les queda alguien en ese departamento al que aún no hayan despedido. El pasado ocho de octubre la confianza de los jugadores de Blizzard se quebró definitivamente cuando la compañía decidió expulsar y suspender al jugador profesional Chung "Blitzchung" Ng Wai, famoso por cosechar premios en Hearthstone, cuando este hizo un llamamiento a los fans que estaban viendo su entrevista por streaming a movilizarse contra la tiranía del gobierno chino. 

Gritó el joven mientras se ponía una máscara de gas frente a su rostro como las que usan los manifestantes en las protestas contra las políticas abusivas de China. En ese momento, la decisión de Blizzard no se hizo de esperar: sin demasiadas contemplaciones, suspendieron al joven Blitzchung de la competición de eSport y cancelaron el contrato con los dos casters que realizaron la entrevista, baneándolos de por vida.  

Los usuarios, al enterarse, no han dudado en saltar a las redes y bajo el hashtag #BoycottBlizzard han organizado una protesta contra las acciones de Blizzard, al que acusan de ser cómplice de un régimen dictatorial que, no lo olvidemos, sigue construyendo a fecha de hoy, campos de concentración y reeducación donde encarcelan a poblaciones completas como las de Xinjiang.  

Los fans, se han organizado para protestar contra Blizzard, animando a otros jugadores como ellos a cancelar todas las suscripciones que tengan con la compañía y a denunciar públicamente en las redes sociales su descontento hacia la misma. No nos olvidemos que el modelo económico principal de Blizzard son las suscripciones y los micropagos que realizan los jugadores enganchados a sus juegos online, con lo que esta decisión ataca el pulmón de una de las compañías hasta ahora más queridas dentro de la industria.

Al mismo tiempo, algunos jugadores se han movilizado hasta las puertas de la sede de Blizzard donde han tapado, de forma irónica, uno de los eslóganes de la compañía: Every voice matters”, acusándoles de que solo quieren escuchar las voces que les reporten los millones que sin duda van buscando. 

Pero ¿a santo de qué hace esto Blizzard?

La respuesta es sencilla: de la preciosa compañía que nació como un sueño de tres programadores que se conocieron en una facultad y en la cual su principal accionista fue la abuela de uno de ellos, ya no queda nada. Blizzard (algunos afirman que empujada por Activision) ha tomado una mala decisión tras otra demostrando que de la empresa que escuchó y generó personajes no normativos como representación realista de la sociedad actual, ya prácticamente se ha extinguido todo. 

Blizzard ha ido generando personajes cada vez menos atractivos en algunos de sus títulos como Overwatch, más centrados en generar ganancias que en ofrecer novedades a sus jugadores. Su nueva política centrada en hacer dinero quedó patente tras los masivos despidos de los que Blizzard fue parte (800 personas entre Activision, Blizzard y King) y la guinda del pastel la colocaron en la última Blizzcon cuando presentaron, ante el desconcierto total de los jugadores que iban esperando jugosas novedades, una versión de Diablo para móviles. Un juego orientado, claramente, a ventas en el mercado chino. 

Y es que Blizzard lleva mucho tiempo intentando introducirse en el mercado chino, rozando los límites de la censura y jugando en su liga hasta convertirse, tras esta decisión, en cómplices políticos de la opresión y el autoritarismo que se vive actualmente en el país. Su responsabilidad corporativa brilla por su ausencia, pero lamentablemente para ellos la nueva generación es mucho más consciente del poder que tienen como consumidores para hacer que las empresas tomen caminos éticamente correctos.  

Epic, que no se ha mordido la lengua, también ha decidido pronunciarse sobre el movimiento #BoycottBlizzard, acusando a la compañía que creó Azeroth de censurar la libertad de expresión. 

Lo que está claro es que Blizzard ha actuado de la forma que muchos analistas del medio estábamos esperando. Por fin se ha quitado la máscara tras el terrible camino que estaba siguiendo, y detrás de ella solo vemos tinieblas.