Black Desert y su editor de personajes
Desde que era pequeñita (aunque llevo midiendo lo mismo desde los once años) siempre he sentido predilección por los MMORPGs, pero siempre hubo algo que me faltaba, algo que dejaba un vacío en mi corazón de niña rata que nada conseguía llenar: el creador de personajes. Mi primer juego del género fue Silkroad (Sí, no fue el WoW. ¿Sorprendido?), donde no se podía editar un personaje con el típico “color de ojos, peinado, tatuaje, etc.”, sino que te daban a elegir entre varios modelos de personaje, ya con historia incluida, y daba la casualidad de que cada uno de ellos tenía un aspecto. Por tanto, y sobre todo a niveles bajos, era muy fácil encontrarte con jugadores que eran exactamente igual que tú.
En World of Warcraft me pasó algo parecido. Si bien el juego insignia de Blizzard introdujo más cambios con respecto a Silkroad (ojo, hablo según la cronología de mi vida, no la de la realidad, que el WoW es de 2004 y Silkroad de 2005), siempre acababas encontrándote a algún jugador con la misma cara y peinado que tú, por lo que al final tu personaje no conseguía ser único. Cuando probé Perfect World, un juego visualmente muy bonito pero en el que no aguanté mucho tiempo, me llamó la atención su creador de personajes, mucho más completo y con una gran variedad. Tampoco es que fuera lo máximo a lo que iba a llegar el género, pero estaba muy bien para empezar.
Los años han ido pasando, y con mi (escasa) madurez, he ido exigiéndole a estos juegos algo más que un simple editor de personajes. Buscaba una historia, misiones interesantes más allá del “Mata a 200 jabalíes” y un mundo que verdaderamente me atrapara. Pero, coñe, también seguía buscando que mi personaje fuera único. Todo esto me lo ha ofrecido Final Fantasy XV, que de paso se ha marcado una pedazo de expansión. No obstante, desde que se comenzara a hablar de él con más detalle el año pasado, y desde que se anunciara su beta (que, por supuesto y como siempre, no tengo), sólo he tenido ojos para uno: Black Desert. No, dessert no. Desert.
El impecable apartado gráfico de Black Desert, creación de Pearl Abyss, ha dado que hablar desde la primera vez que vimos algo de este juego allá por principios de 2013. Ahora, con su beta en nuestras manos – bueno, vale, en las mías no :( - podemos ver en primera persona cómo es esta impresionante obra del estudio coreano. Desde luego que este MMORPG es uno de los más esperados desde hace mucho tiempo y algunos, aunque todavía no hayamos podido catarlo en todo su esplendor, ya lo consideran el mejor de la historia. Eso es hablar muy pronto de algo que no sabemos cómo terminará, pero algo está claro: Tiene el editor de personajes más completo que he visto en mi vida y eso me encanta.
La gente está como loca estos días subiendo imágenes y vídeos, y yo en concreto tengo el hype a punto de estallar. OMOMOM es todo lo que puedo decir de este increíble motor gráfico y de todo lo que Black Desert representa a este nivel. Es impresionante lo completo que es este juego en lo que se refiere a la estética de un personaje, dejando en nuestras manos una gran cantidad de herramientas y parámetros visuales destinados a hacer que nuestro personaje sea único, lo que siempre hemos buscado en un juego online de estas características.
Por supuesto, el creador de personajes no es lo único que se lleva Matrícula de Honor en Black Desert, cuya jugabilidad nos hace olvidar que estamos en un MMORPG y nos sentimos como si estuviéramos en cualquier juego en tercera persona, a lo The Witcher 3 o a lo Skyrim por poner dos ejemplos similares en lo que a entorno se refiere. Las misiones y los paisajes interesantes están asegurados, pero a todo se le suma un impresionante sistema de combate, con acciones específicas para según dónde estemos y cuántos nos acompañen. En definitiva, necesito este juego en mi vida.
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