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Bioware desvela el desarrollo de Dragon Age III: Inquisition

Un secreto a voces
Por Raúl Rosso

Desde luego no ha sorprendido a nadie la confirmación de este secreto a voces. Dragon Age II supuso un cambio en la saga que nos dejó descuadrados a todos lanzando una experiencia “intimista” con respecto a la trascendental épica de la primera parte. Vamos, una excusa como cualquier otra al haber tan solo transcurrido algo menos de un año y medio entre una entrega y otra, teniendo que recurrir al reciclado de recursos y un desarrollo de bajas miras con tal de aprovechar el éxito de la marca en el menor tiempo posible. Si no, no explico por qué actuó así Bioware. Huele para variar a la mano dura de Electronic Arts.

 

Hace varios meses pudimos ver cómo la propia gente de Bioware preguntaba a los usuarios qué tipo de camino debía llevar la saga a partir de la tercera entrega. Este asunto, sumado a los polémicos cambios posteriores al lanzamiento de Mass Effect 3 hicieron correr ríos de áspera y punzante tinta en contra de poner a disposición del usuario decisiones creativas que deberían mantenerse como jurisdicción de sus creadores para así mantenerse fieles a su filosofía. Mucho romanticismo para una industria que se mueve íntegramente por las preferencias del consumidor.

 

Dragon Age III: Inquisition acaba de anunciarse en el blog oficial de la segunda parte de la mano de Mark Darrah, productor ejecutivo de la saga desde su comienzo además de haber participado en varios títulos de la vieja (y mejor) Bioware. Utilizará como base el motor Frostbite 2 de DICE y será lanzado a finales del 2013. Eso sí, las expectativas de entrada no son demasiado altas precisamente por la explotación y trato sin rumbo que ha sufrido la marca. Y mira que lo tenían fácil para petarlo.

 

Dragon Age III

 

Precisamente el otro día les hablaba del nuevo proyecto de Obsidian en el que harán volver de la tumba aquella compleja y excitante planificación de los viejos juegos de rol del estudio con su Project Eternity. Algo así pretendió el primer Dragon Age, y aunque no llegó a las casi inalcanzables cotas de excelencia de juegos como Baldur’s Gate (del que llegó a considerarse “sucesor espiritual”) sí que dejó un fantástico sustrato sobre el que trabajar en lanzamientos posteriores. Pero no, como dicen en mi pueblo, se jodió la marrana.

 

No sabemos hacia dónde irá esta tercera entrega, cuyos primeros datos hablan de tener que gestionar a nuestro imperio y alternar entre decisiones trascendentales y tareas “de campo” en las que poner a prueba nuestras habilidades. Es mejor hacer caso omiso a cualquier tipo de información para no volver a caer en la misma trampa de oro y moro que sus creadores llevan colándonos en los últimos tiempos. Ellos se lo han buscado, y ellos son los encargados de poner a la saga Dragon Age en el lugar donde pretendía estar predestinado. Sucesor de Baldur’s Gate. Muchos yogures tiene que comer todavía.


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