1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. XONE

Below se queda tan lejos de mis expectativas como su cámara del personaje

Ni Zelda ni Dark Souls
Por Rafa del Río

Below ha salido al mercado, gratis de salida en el servicio de pago Xbox Game Pass para Xbox One, y las ganas de jugarlo, la expectación y el hype que me despertaba ha sido directamente proporcional con lo meh que me ha dejado tras intentar dedicarle todo el tiempo posible. Por decirlo claro, Below me ha dejado frío, tanto como la idelogía política de un calamar o el grupo musical favorito del mejor amigo del primo de la vecina de mi compañero de clase en criminología. No pretendo aquí ser ofensivo con nadie ni restar peso a los argumentos de mis compañeros que se han enamorado de la obra de Capy Games, pero sí plasmar mis experiencias con un título que, obviamente, no es para mí.

 

below1

 

¿Vas a empezar ya?

Below empieza con nubes. Muchas nubes. Unas nubes que van abriéndose lentamente, y cuando digo lentamente quiero decir que durante largos y agónicos minutos te hace pensar que el mando de la consola se ha roto. El artista, el poeta y el críticoTM te dirán que es una metáfora que abarca la ausencia de historia y de tutorial al volcarte directamente en la historia a través de ese observador atento e imperceptible que, desde las alturas, baja poco a poco a contemplar su obra y cómo ésta criatura pretende abrirse camino a través de los infortunios para cumplir con su naturaleza, con la autoconservación y con esa curiosidad natural humana que es la que nos hace medrar y pasar de meros animales a gente que bebe cafés en el Starbucks y tiene iPhones con paquete de datos. 

 

Yo, como simple videojugador, lo único que veo es que el juego tarda la polla en empezar, que esa cámara que viene de arriba parece el google maps en un 486 con conexión de biblioteca pública, y que francamente, la historia de las nubes abriéndose ya lo hacía mucho mejor Quintet en los 90 con Act Raiser sin necesidad de tenerte cinco minutos pegado a la tele pensando que has roto la consola e intentando adivinar qué narices estás viendo. Entonces, cuando por fin ves que lo que estás viendo es un barco avanzando por el agua, la cámara se para como a tres kilómetros del suelo, sale un personaje, o una pulga, o el personaje es una pulga, y te toca empezar a jugar descubriendo las cosas 'por ti mismo', que es algo que hace que el juego tenga calidad, aunque luego nos quejamos de que los juegos físicos vengan sin el libreto de las intsrucciones. De todas formas tampoco hay que fliparse, el descubrir las cosas 'por ti mismo' no te volverá loco, esto no es The Talos Principle.

 

below 2

 

Ni Zelda ni Dark Souls

No voy a profundizar mucho en el juego porque todo el mundo dice que lo enorme y genial de las aventuras de la pulga es que te enteres de todo por tu cuenta, haciendo así el trabajo de los tester que le dicen a la compañía que algo no se entiende o está mal implementado. Baste en decir que hay fogatas que tienen una utilidad curiosa cuando os preocupáis de invertir en ellas, enemigos oscuros que pintan bien desde que ICO le pegó el copieteo a Studio Ghibli, y un sistema de supervivencia que está puesto porque aporta muchísimo al juego y no porque esté de moda ni nada de eso. ¿El objetivo? Avanzar e ir descubriendo para qué son las cosas que hay en pantalla. Oh, también puedes pelear, pisar trampas, coger luces, usar luces, y, si mueres, te vas al principio -aunque hay truqui, pero yo no os lo chivaré-. Tamvbién puedes cortar hierba, por lo que automáticamente el juego ha sido definido como un Zelda -llevas espada y arco y cortas hierba- mezclado con un Dark Souls porque si mueres vas al principio y hay hogueras.

 

Lamentablemente, ni tiene nada de Zelda ni nada de Dark Souls, una promesa que ha hecho que me haya mosqueado tanto tras una tarde entera tratando de encontrarle sentido a la cosa. Más bien estamos ante un survival sin terminar al que títulos como The Flame in the Flood o Don't Starve le dan, en mi opinión, varias vueltas. Ojo, el juego está arrasando en determinados círculos -algunos culturetas y otros profesionales de verdad- que nos hablan de sensación de soledad, su arte -se me había olvidado que hay mucha oscuridad y nieblas y brumas, que siempre son artísticas- y esa metáfora de indefensión ante la vida gracias a ese no saber nada del futuro ni los usos que rigen este mundo. Personalmente, yo lo veo como un refrito al que le han quitado demasiado para que me llame la atención. Un refrito con un plus, el de no ver un pijo con esa cámara del demonio y esa sensación de que los indies deberían alentar a los triple A y marcarles el camino en vez de aprovechar el trabajo de las grandes compañías para simplificar su puesta en escena y vestirlo todo de Zelda Souls minimalista. Espero que os guste, de corazón, y que le encontréis esa magia y maravilla que yo no he sabido encontrarle. Para mí se queda en ese intento de algo que no acabo de entender, con un héroe, o un superviviente, en definitiva, una pulga, cuyo futuro y andanzas no me importan ni lo más mínimo. 

 

¡Nos leemos!


<< Anterior Siguiente >>