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Aun teniéndome enganchado... ¿estoy ante un mal juego?

The Walking Dead: Survival Instinct
Por José Manuel Fernández "Spidey"

Hay ocasiones en las que una obra parece sentenciada incluso antes de ver siquiera la luz del día. Es el caso de The Walking Dead: Survival Instinct, un videojuego al que pocos miraban con buenos ojos desde el mismo momento en el que fuera anunciado. Muchos eran los que señalaban a Activision por su evidente hambre de éxito, tirando de una franquicia de probada eficacia que ya había demostrado su valía en formato aventura gráfica a través de Telltale Games. Con todo, este nuevo lanzamiento tenía como garantía el venir de la mano de Terminal Reality, unos tipos que en más de una ocasión han probado su sobrada valía.

 

La cosa es que un puñado de conocidos medios del otro lado del charco lo han crucificado sin compasión. La últimamente repleta de polémicas Polygon ha dicho «Survival Instinct es la clase de barata de hacer dinero que da mal nombre a los juegos de licencias». Kotaku tampoco se queda corta: «feo, plano, aburrido y a menudo roto, The Walking Dead Survival Instinct es la forma más pura de juego basura». Penny Arcade decía «alquilé el juego para dos noches, lo cual me costó cinco dólares, y todavía me siento como si no hubiera merecido la pena lo que pagué». Para colmo, algunos de los más populares comunicadores del medio de nuestro país alardean de lo malo que es el juego sin ni siquiera haberlo probado.

 

 

En entonces cuando surgen en mí una serie de preguntas. Me digo a mí mismo que si medio planeta está en contra de Survival Instinct por algo será. Cierto es que en este mundillo está cada vez más de moda eso de elegir un videojuego para cebarse con él en comuna, pero siempre queda el beneplácito de la duda, a la usanza de esa frase que dice 'para gustos, colores'. Incluso me da miedo el pensar que me guste y que por ello pueda ser la mía una opinión distorsionada, enferma y, en definitiva, absurda.

 

Cuando me doy cuenta, llevo cuatro horas y media dándole caña a este The Walking Dead de Terminal Reality. Casi está amaneciendo y tengo ganas de seguir avanzando. Al día siguiente, lo vuelvo a coger por la tarde y le echo tres horas y pico más. Me hago cargo de las muecas que mi rostro adquiere mientras juego y noto como aprieto los dientes y me muerdo los labios, fruto de la tensión que genera es verme rodeado por un rebaño de muertos vivientes. Limpio la zona, llega la tranquilidad y retomo el camino... pero mi corazón sigue latiendo con intensidad.

 

 

¿Es malo un juego que te hace vibrar? ¿Puede ser deficiente un título que, sin comerlo ni beberlo, hace que cuatro horas se te pasen como si fuera media? Sinceramente, pienso que no. He disfrutado lo que llevo jugando a Survival Instinct mucho más que las horas que le he echado a bombazos como Halo 4 o Far Cry 3. Es fácil pensar por ello que mis gustos se han echado a perder... pero en mí está el criterio que sigo si deseo disfrutar con esto de los videojuegos, y tal y como me ocurriera con el también vilipendiado Inversion, me lo paso de fábula con el que para muchos será el lanzamiento más mediocre del mes.

 

¿Conclusiones? A pesar de lo significativo en términos de guía que pueda ser la opinión de un experto del medio, mi consejo es que intentes probar el juego que te interese sea como sea. No digo que hagas compras a ciegas; hacerlo puede tener como resultado el invertir una importante suma de dinero en una ponzoña que no te aporte un ápice de diversión. Pero catarlo de alguna manera, ya sea bajándote alguna demo o, más recomendablemente, alquilándotelo, puede hacer que te topes de bruces con una producción que contra todo pronóstico te encandile... como a mí me ha pasado con The Walking Dead Survival Instinct.


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