A.O.T. 2 Final Battle no arregla los problemas del original pero lo lleva a la tercera temporada
He de reconocer que A.O.T.2, pese a sus problemas, me pareció un acercamiento divertidísimo a Ataque a los Titanes. La forma en la que han trasladado al videojuego el manejo del equipo de maniobras tridimensionales es fantástico, también los añadidos incorporados al combate en comparación con el primero, una mayor variedad de titanes y la necesidad más acuciante de atacar sus puntos débiles; así como la opción de esquivar golpes propinados por ellos en el último momento y contraatacar.
Un mejor combate con respecto al original, la narración de la trama de las dos primeras temporadas y la inclusión de un modo de vida social, que nos permitía preparar un personaje, caminar por los barracones de los reclutas, charlar con ellos e incluso expandir un poquito el lore aunque fuera con relleno me dieron motivos para disfrutar mucho su continuación, pese a todo.
Pero A.O.T. 2 tenía sus problemas. El juego sigue siendo un musou intentando interpretar una licencia en la que matar a los enemigos es la cosa más difícil del mundo, y en la que el politiqueo, la estrategia y la planificación son incluso más importantes que las batallas, precisamente porque asesinar a un titán es dificilísimo. Sin embargo, en A.O.T. 2 se hace rutinario matarlos sin parar.
Me hubiera gustado que A.O.T. 2 Final Battle hubiera supuesto una revisión a estos problemas, que el empleo del simulador de la vida social permitiera más gestión, que los enfrentamientos supusieran una mayor dificultad o que los titanes poseyeran una mejor IA, pero no ha sido así. Esta expansión que nos ocupa, y que ha salido a precio completo el 5 de julio o como expansión, añade la trama de la tercera temporada,la opción de disfrutar de la trama a través de la visión de distintos personajes con nombre propio, más equipo y un modo adicional que no está mal.
Es decir, A.O.T. 2 Final Battle es más de lo mismo. Disfrutamos de los hechos de la tercera temporada jugando con los protagonistas del anime, lo que acaba funcionando mucho mejor que encarnar a un avatar generado por nosotros mismos. Es una lástima que las cinemáticas no estén más cuidadas y acaben siendo imágenes casi estáticas con algo de movimiento. Lo ideal sigue siendo leerse el manga y luego repasar los hechos jugando a este título. Teniendo en cuenta que lo fuerte de esta expansión es esto, podría haberse cuidado más.
Con estas novedades, se presenta una suerte de edición definitiva de A.O.T. 2 cuyo mayor mérito es contener más contenido y trama. Lo estupendo es que aunque el juego siga haciéndose repetitivo por la pasmosa facilidad que tiene matar a los titanes; el control por el terreno de juego y las propias ejecuciones siguen siendo lo suficientemente divertidas como para que el videojuego sea entretenido. Eso sí, su condición de musou le sigue pesando muchísimo. Se echa en falta el terror, las conspiraciones y las tensiones de la serie. En definitiva: A.O.T. 2 Final Battle es lo mismo pero con un par de modos nuevos, demasiado caro, y más trama no del todo bien narrada. Y el videojuego tiene suficiente base para aspirar a más. Pero eso sí, volar por los aires y rajar nucas sigue funcionando, pese a todo.
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