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[Análisis expandido] Juego de Tronos Episodio 3

Comparaciones con Goliat
Por Dayo

Este texto es una expansión del análisis de Juego de Tronos.

 

Mis amigos son fans de Juego de Tronos. Tenemos muchas ganas de que empiece la quinta temporada, así que entre medias pensé que estaría bien probar a no ser un hipócrita y aprovechar que vivimos en la misma casa para invitarles a jugar a la adaptación de Telltale.

 

A los diez minutos de empezar ya les había perdido por completo.

 

“Este juego parece de los que te viene con los cereales”, dijo uno mientras hacía un QTE fingiendo interés. Y será un cinéfilo, será un amante de lo que queráis, pero después abrió el Goat Simulator y estuvo haciendo el imbécil durante tres horas de reloj sin parar de reír. Ante esto, más que frustrarme, quise dar un paso atrás, mirarlo todo con otra mentalidad. Y la realidad es que en Telltale se arriesgaron muchísimo al querer adaptar Juego de Tronos. Probablemente sea su adaptación más arriesgada hasta la fecha, más que Minecraft; no sólo están jugando con un mundo y unos personajes amados por millones y que ahora mismo son un fenómeno de masas, también es el gran intento por tener un videojuego de Canción de Hielo y Fuego que realmente merezca la pena. Es una oportunidad que están esperando muchos, como si alguien decidiera llevar Metal Gear Solid al cine. Hay millones que esperan ver el resultado, pero esos mismos millones son fanáticos de una serie que ha puesto la barrera muy alta. Juego de Tronos no es menos.

 

Ahora mismo la televisión está viviendo una edad de oro, con varias series superando, y con creces, la calidad de muchas superproducciones tanto en términos audiovisuales como de interpretación o guión. La obra de George R.R. Martin no es ninguna excepción: sus colosales valores de producción significan un universo lleno de detalles, con unos efectos especiales integrados a la perfección y un amor por la artesanía que sólo son superados por El Señor de los Anillos. También es hogar de una retahíla de excelentes actores, con un par de descubrimientos (Jack Gleeson y Peter Dinklage) acompañados por una plétora de magníficas interpretaciones. Y no hablo de buenos personajes: hablo de escenas en las que el propio actor juega o crea a partir del material que le dan y trasciende su rol para convertirse plenamente en otro individuo. Es una cantera de talento interpretativo acompañada por un despliegue audiovisual pocas veces visto.

 

Sin embargo, el juego de Telltale es un AA que tira de diseño visual (ay) para compensar un poder técnico más que cuestionable. Su decisión por crear un entorno salido de una acuarela resulta en fondos borrosos, desenfoques poco agradables y una estética que parece pasada por un filtro de Photoshop que hace un flaco favor por el conjunto. Y por supuesto, las interpretaciones de este juego están lejos de llegar a lo decente, pero esto es algo que ya he comentado en otros textos sobre Telltale. No quita el hecho de que ver a una Cersei mecanizada resulte doloroso. Cuántos matices se pierden, cuánto talento desperdiciado. Me pregunto si actuaron con pasión o si se limitarían a cumplir, como ya hiciera Peter Dinklage en Destiny.

 

Pero hay algo más. Todos los efectos especiales y buenas interpretaciones del mundo no pueden salvar un mal guión, pero Juego de Tronos es una obra escrita con mano maestra, habitado por personajes memorables, situaciones que pasan de un tenso clímax a la melancolía más emocional o incluso la ocasional comedia. Y sobre todo, Juego de Tronos es una brutal deconstrucción de varias convenciones tanto literarias como del subgénero fantástico. Hay arcos, como el de la Víbora Roja, que despedazan sin ninguna contemplación otras historias tradicionales y su tratamiento de elementos como la magia significan un universo misterioso, impredecible, aterradoramente real y devastadoramente dramático.

 

Juego de Tronos ocurre dentro de estas circunstancias, pero está demasiado contento con haber sido invitado a la fiesta como para pensar en nuevos pasos de baile. Telltale lo está haciendo bien al armar esta historia sobre el significado del honor y la importancia de la lealtad, pero de momento no se antoja ninguno de estos rasgos deconstructivos o autoconscientes que deberían estar para jugar en la misma liga que su fuente. A los que hayan leído mi análisis expandido de Tales from the Borderlands este texto les puede resultar algo redundante; quizá lo sea, pero si Telltale realmente quiere ser tomado en serio, si quiere hacer una adaptación de Juego de Tronos para demostrar el potencial de los videojuegos, necesita darlo todo ¿Significa eso que lo mejor es ir a lo fácil? No. Un Juego de Tronos directo es mejor que ningún Juego de Tronos. Repito que este ha sido un buen capítulo, ahora todo encaja y siento más respeto por sus autores, pero no es la experiencia completa. Es una versión ajena, y no podría notarse más.


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