Agarrados al formato físico

Poca gente debe de quedar en el mundo que no tenga absolutamente ni un juego en formato digital. Ya no hablamos del boom de Xbox Live Arcade de cuando los indies todavía no se llamaban indies, ni siquiera de juegos para móviles. Hablamos de esos juegos que también se venden en las tiendas, y que por una cosa o por otra, están empezando a tener éxito en un formato intangible, descargable.

Hay que ser realistas, los juegos en formato físico ya tienen muy pocas ventajas con respecto al formato digital. Con la llegada de las nuevas plataformas se corrobora aún más. En el momento en que se pierde la comodidad de meter el juego en la ranura de disco y empezar a jugar, a muchos ya les da igual tener que esperar 20 minutos a que se complete la instalación que 4 horas a que se descargue el juego completo, y en ocasiones ya ni hay que esperar, gracias a las opciones de precompra y predescarga que ofrecen algunos.

Donde hace unos años la única ventaja era no tener que levantarse del sofá para cambiar de disco, ahora las ventajas de lo digital son muchas, muchas más, o al menos podemos verlas gracias a la cantidad de desventajas que se ha ido sumando el formato físico. Y desde luego, las consolas portátiles tampoco se salvan de la quema, ya no por tiempos de instalación sino por el mero concepto de consola portátil, para llevar por ahí y jugar en cualquier momento.

Es verdad que en las portátiles es cuestión de pura comodidad, pero entre Vita con su PlayStation Plus y 3DS en el polo opuesto con el all-green de Nintendo con el que da igual comprar un juego físico que descargable porque sabes que difícilmente encontrarás una oferta en cualquiera de los dos formatos, la balanza empieza a inclinarse.

Y tanto en sobremesa como en portátil, una de las pocas ventajas que le quedan a la distribución física es la segunda mano. Poder vender tu juego por precios cada vez más bajos o comprar títulos a precios que tampoco son tan rentables salvo que hablemos de títulos con más tiempo es algo que está empezando a caer frente a las ofertas de lo digital. Por temporadas, y nunca a gusto de todos, pero como compras por impulso, las ofertas funcionan mucho mejor que darse un capricho tras pasear por una tienda de videojuegos.

Salvo en los casos de las (carísimas) ediciones de coleccionista que cada vez tienden más a ofrecer extras digitales envueltos en una caja más bonita, ya ni siquiera el tener un juego completo sirve. ¿Caja y manual? Tal vez quieras decir sólo caja.

Claro que siempre queda el romanticismo por el proceso. El abrir una caja y ese olor a nuevo, el ritual propio de cada jugador con sus nuevas compras,... Pero cuando llega ese momento en la vida en que decides optar por lo práctico, el formato digital termina ganando sin duda. No vamos a decir que PSP Go haya sido una adelantada a su tiempo (que en parte, si), pero ese futuro digital que hace tres años nos parecía una barbaridad, ya ha entrado en nuestras vidas. Todavía no se desterrará el formato físico por todo lo que implicaría dejar fuera de la ecuación a la población que aún no tiene internet, pero contad con que tal vez no volvamos a ver una nueva generación con ranura para disco o cartucho.