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Adoro empezar partidas nuevas de Kingdom Hearts II

Roxas y el tutorial emocional
Por Adrián Suárez Mouriño

El arranque de Kingdom Hearts II es odiado por muchos, pero a mí me encanta. Sí, es un tutorial disfrazado, es de desarrollo lento y Roxas no es más que un Sora desmemoriado, una artimaña para recurrir a la amnesia y enganchar al jugador que no ha jugado a Kingdom Hearts. Todo eso es verdad, pero yo adoro todo ese primer capítulo que marca el final del verano.

 

Me gustan las historias que narran lo que ocurre después. Tras el primer Kingdom Hearts, y esa dramática separación, es Roxas el que encarna los restos del naufragio de Sora y Kairi. Me resulta fascinante cómo se intenta diseñar un capítulo inicial que es un tutorial de melancolía. Nomura usa un lugar común que a todos nos entristece: el final del verano para ello, consiguiendo desarmar al que empatiza con él.

 

 

La llegada del otoño es un momento duro, sobre todo si estamos en época escolar. Hemos de regresar a una rutina de instituto o colegio impuesta, una que no hemos elegido (en la universidad todo mejora, chavales). Tenemos que dejar atrás a los amigos con los que hemos pasado tantos días en la playa y riendo. Eso es Roxas. Es interesante ver cómo una rutina de tareas se va introduciendo poco a poco en la vida de los amigos del muchacho, y cómo poco a poco tiene que despertarse de ese efímero sueño que es agosto.

 

El trabajo destroza los últimos días de sol y Roxas poco a poco se convierte en Sora, en el trabajador de otoño e invierno. Sí, todo este tramo es para conocer las nuevas mecánicas jugables, para decidir qué clase de guerrero somos, para que entendamos que la batalla no es solo contra los Sin Corazón y para entender que la tristeza de Kairi y Sora no es exclusiva de ellos. Todo lo orquestado por Xenahort configura un imaginario meláncolico; de gente perdida, de cuento roto, de amigos que se echan de menos y que saben que nunca volverán a verse.

 

Es por todo esto por lo que esta introducción de Roxas, sin obviar todos sus problemas, me parezca una valiente educación de tono y de emoción. Ojalá más videojuegos aprovecharan estos horribles tutoriales para fomentar la avatarización en función de los sentimientos que se siente en un juego. Y por reencontrarme con Roxas, y por saber a quién mira en el últime instante del juego, me encanta empezar una nueva partida a Kingdom Hearts II.


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